Los sufrimientos de Jesús de Nazaret.

 

La siguiente revelación fue escrita por el espíritu de la verdad eterna Rubén López.

 

Jesús de Nazaret es considerado la persona más importante que jamás haya vivido sobre la tierra. A diferencia de muchas otras figuras históricas, la característica más importante del tiempo de Jesús en la tierra fue su muerte. El espíritu de la verdad eterna hablará del evento más importante en la vida de la persona más importante en la historia del mundo y que fue la base misma del cristianismo.  

 

Debemos por comenzar haciéndonos las siguientes preguntas. 

¿Cómo sufrió Jesús? ¿Por qué Jesús sufrió de esa manera?  ¿Qué significa para nosotros los cristianos el sufrimiento de Jesús? 

 

Jesús soportó tormento físico, trauma emocional y agonía espiritual. 

Después de su arresto, muy temprano en la mañana, Jesús es llevado ante Poncio Pilato por el sumo consejo de líderes religiosos judíos para ser juzgado por sus afirmaciones de ser el hijo real de Dios y por hacerse pasar por rey. Durante el juicio, a Pilato le queda muy claro que Jesús es inocente. Y que los principales sacerdotes judíos tenían era envidia de este gran maestro advenedizo y revolucionario. Sin embargo, Pilato se doblega a la voluntad de la multitud, sentenciando a Jesús a muerte por crucifixión. Un castigo muy cruel que Jesús no merecía. Como era costumbre, Pilato primero hace azotar a Jesús.

 

La flagelación era una tortura increíblemente dolorosa infligida por un látigo con múltiples cuerdas de cuero que normalmente tenían trozos de hueso de oveja y piezas afiladas de metal incrustadas por todas partes. Este instrumento fue diseñado para infligir el máximo dolor y pérdida de sangre, ya que cada latigazo habría arrancado grandes trozos de carne, exponiendo esencialmente los músculos esqueléticos por completo. Con las manos atadas a un poste, Jesús soportó este terrible dolor a manos de los soldados romanos mientras una multitud de espectadores observaba. Y como muchas otras cosas en este día, Jesús sabía que esto vendría. 

 

Después de la flagelación, Jesús perdió una gran cantidad de sangre. Su espalda fue sido literalmente rasgada en pedazos, y habría quedado increíblemente débil. En este punto, los soldados romanos lo arrastran al palacio del gobernador, donde comienzan un nuevo nivel de burla y humillación. Retorciendo una corona de espinas, clavan el símbolo de la maldición. Con sangre fresca ahora corriendo por el rostro de Jesús, los soldados comienzan a golpearlo en la cabeza con un cetro simulado, hundiendo las espinas aún más en las sienes y la frente. Cuando se completó la terrible experiencia, le arrancaron la túnica real falsa y lo llevaron fuera de las murallas de la ciudad al Gólgota, la Colina de la Calavera.

 

Ya Jesús debilitado y ensangrentado hasta un estado apenas reconocible, debe ser crucificado. En aquel entonces, la crucifixión era un método de tortura, humillación y ejecución, muerte reservada para la escoria absoluta de la humanidad. 

 

Al llevar tan pesada cruz, Jesús se derrumba, lo que requiere que un extraño al azar de la multitud llamado Simón la lleve el resto del camino. En la cima de la colina, Jesús es arrojado de espaldas, agudizándose sus heridas ya abiertas. Agarran sus manos, colocan estacas de hierro sobre la articulación de su muñeca y clavan estos clavos gigantes en ellas. Él es levantado y fijado a la viga vertical, ahora formando la familiar “T” de la cruz, donde ahora también están clavados sus pies.

 

La causa de muerte en una crucifixión era típicamente asfixia. Con todo el peso de su cuerpo colgando de sus muñecas, no puede exhalar correctamente. Baste decir que, durante las próximas seis horas, cada respiración que tomaba Jesús es literalmente insoportable. El sufrimiento físico acumulativo y el dolor que Jesús soporta a lo largo de esta ejecución es uno de los peores castigos en la existencia humana.

Queda muy claro que la mayor parte de los creyentes del judaísmo y del judeo cristianismo son anticristos, es por esto que quedó escrito:

"A los suyos vino, y los suyos no lo recibieron" (Juan 1:11). Ha pasado mucho tiempo y aún no han podido comprender el verdadero significado de las palabras de Jesús de Nazaret. Aún no entienden el significado de lo que significa que Jesús ha venido a los suyos, pero no lo recibieron.

 

Muy pocos entienden con profundidad o claridad, lo que realmente soportó durante su ministerio de tres años y medio Jesús. Desde el comienzo mismo de su ministerio hasta el final. 

 

Jesús enfrentó y perseveró a través de la oposición, la acusación, el interrogatorio, los esquemas, los complots, las amenazas, las injurias y calumnias. Pocos son los que comprenden los sufrimientos de Jesús.

 

Jesús fue un verdadero mensajero enviado por Dios. El mensaje que trajo fue sobre el reino eterno de Dios. Jesús comienza su ministerio proclamando, enseñando y anunciando las buenas nuevas y diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. Las buenas nuevas predicadas por Jesús de Nazaret, iban en contra de los intereses políticos y religiosos de la época. Los fariseos y los gobernantes eran los más amenazados con el mensaje de Jesús. El mensaje de Jesús los ponía en peligro. Llenos de miedo, celos, envidia, desprecio y temor buscaron la forma de atacar a Jesús, no podían permitir que este individuo subversivo continuara predicando cosas que iban en contra de sus intereses. 

 

Jesús estuvo varias veces en peligro de perder su vida, y varias veces escapó de ser apedreado. Jesús no podía ni siquiera contar con el apoyo de sus propios hermanos. Jesús era consciente de que no hay profeta en su propia tierra.

 

Las personas están muy lejos de comprender el alimento espiritual que conduce hacia la vida eterna. Aún no entienden la causa de la crucifixión de Jesús de Nazaret.

 

Alrededor de la media noche, Jesús se volvió y vio a judas que se acercaba con una multitud. Entre ellos había soldados y oficiales que portaban garrotes y espadas. Caminando hacia Jesús con los brazos abiertos, judas dijo: "saludos, Maestro" y luego lo besó. Esta era la señal del hecho de lo que vendría después: Los sufrimientos y la muerte de Jesús de Nazaret.

 

Mirando a su discípulo traidor a los ojos, Jesús preguntó: Judas. ¿me traicionas con un beso? 

 

Varios hombres armados con garrotes y espadas lo agarraron y se lo llevaron, tratando a Jesús como un delincuente. 

 

Ante el tribunal, la multitud gritaba enardecida: este hombre debe de ser ejecutado. No entendían que sus mentes estaban siendo usadas por el mismo satanás. Allí se encontraba el Cristo, el ser humano perfecto, santo y sin pecado, quien tan solo decía la verdad, ahora sentenciado a muerte. Las burlas y los insultos y los golpes se desataron. Jesús con los ojos vendados, no podía ver venir los ataques. Una y otra vez, le golpeaban el rostro, mientras le escupían y le daban dolorosos golpes en el cuerpo. La sangre y el sudor corrían por su rostro ya hinchado y desfigurado. Al día siguiente, los principales sacerdotes, y los ancianos planearon la manera como le darían muerte a este hombre.

 

El espíritu de la verdad está predicando exactamente el mismo evangelio que predicó Jesús de Nazaret por el cual fue muerto crucificado: El reino eterno de Dios. 

 

Pilato se dirigió a los principales sacerdotes y dijo: "ningún delito hallo en este hombre". Una vez más, los líderes religiosos acusaron ante Pilato a Jesús. Me trajiste a este hombre para darle muerte, pero ni yo ni Herodes encontramos razón alguna para ejecutar a este hombre. 

 

Después del veredicto cuando soltaron a Barrabas y sentenciaron a Jesús, este fuera despojado de su ropa, y su cuerpo atormentado por el dolor fue atado en su lugar, Jesús se preparó para lo que vendría después. Un soldado romano bien entrenado y en buena forma física, que había aprendido a azotar sin piedad alguna, empuñó el látigo afilado con punta de metal sobre el cuerpo desnudo de Jesús con una eficacia brutal. El aire se quebraba con el sonido de cada latigazo y se llenó Jesús de gritos de agonía. Una y otra vez, el soldado dejaba una marca. Las afiladas piezas de metal se cavaron profundamente en el cuerpo de Jesús, desgarrando y arrancando carne, la sangre manaba de las heridas abiertas. 

 

Con Jesús ya cerca de la muerte, la flagelación cesó. Ahora era el momento de que otros soldados se divirtieran de otra forma. Hicieron una corona de espinas y la empujaron con fuerza sobre la cabeza de Jesús. En esta condición debilitada, Jesús se vio obligado a llevar la pesada carga de muerte en la cual iría a ser crucificado.  

 

El Seguido por una gran multitud, finalmente llegó al Gólgota, "el lugar de la calavera" en una colina a las afueras de Jerusalén. Allí fue clavado, con dos criminales a su lado, para soportar una muerte lente y muy dolorosa. El tormento continuó, su cuerpo desnudo y ensangrentado y atormentado por el dolor, los que lo miraban en estas condiciones se reían y se burlaban de él. Y decían: si a otros salvó, por qué no te salvas a ti mismo. Él mismo no puede salvarse. Con los labios resecos y la lengua hinchada, Jesús pronuncio estas palabras: Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen. 

 

Aproximadamente a las 3 de la tarde, Jesús gritó: Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado? 

 

Los sufrimientos de Jesús eran por el bien de la humanidad. Por la humanidad sufrió toda clase de atropellos y burlas, palizas, burlas, humillaciones, abandono y rechazo total. Las escrituras dicen: El hijo del hombre vino para dar su vida en rescate de muchos. Jesús sabía de qué se trataba esta misión tan peligrosa y desagradecida que terminaría en la cruz: Dar su vida como pago de rescate por muchos. 

 

En la actualidad Jesús aún continúa siendo abandonado, rechazado y calumniado, aún por los mismos líderes religiosos y sus creyentes.

 

 

Los sufrimientos de Jesús.       

 

Revelar la verdad absoluta tiene un alto costo. Cristo oraba con tanto fervor que su sudor era como gotas de sangre que caían a la tierra.       

 

Jesús recibió golpes y maltratos además de recibir burlas, le vendaron sus ojos y le lanzaban insultos.       

 

Jesús fue golpeado de la manera más salvaje, fue abofeteado y humillado, le tiraban de su barba y le arrancaban los bellos de la cara y lo escupían.      

 

Jesús recibió innumerables azotes antes de ser enviado a la crucifixión.       

 

Jesús fue coronado con espinas y le pusieron un manto encima de sus heridas para provocarle mayor dolor y sufrimiento.       

Jesús fue despreciado y rechazado, las golpizas y los azotes fueron tan grandes que su rostro fue desfigurado, su cara quedó irreconocible.    

 

Sus huesos fueron dislocados y los dolores del cuerpo fueron insoportables.  

     

Lo crucificaron y repartieron su ropa echada a suerte, su espalda quedó convertida en un charco de sangre, lo recostaron en suelo pedregoso y después le enterraron grandes clavos en sus muñecas con un grande mazo, después le juntaron sus dos piernas y le clavaron otro gran clavo en medio de los tobillos.     

  

Jesús tuvo que continuar sufriendo vivo en la misma cruz por espacio de varias horas con dificultad para respirar y luego le clavan una lanza en uno de sus costados.     

 

Un humilde cordero fue llevado al matadero, maltratado y humillado, torturado y despreciado, ni siquiera abrió su boca.    

Como si esto fuera poco fue burlado por los judíos al pueblo que deseaba llevar el mensaje de salvación y fue traicionado por uno de sus discípulos y otros dudaron de él.       

 

Fue desnudado en público y su propia madre tuvo que verlo morir.       

 

Estos sufrimientos físicos que le tocó soportar no son comparables con los sufrimientos espirituales que padeció en esos momentos y con los sufrimientos espirituales que continuaron durante dos mil años después de su crucifixión.      

 

Jesús dio su vida por tratar de salvar a su pueblo, Cristo sufrió con el fin de salvarnos del infierno, pero esto no fue suficiente, lo traicionaron los hipócritas y desleales, los paganos y miserables que lo cambiaron por un maldito dios falso llamado Jehová de los ejércitos.      

 

Jesús está más vivo hoy que nunca y se apresura su venida, Cristo hace un llamado muy urgente a través del espíritu de verdad Rubén López para que se arrepientan y se conviertan dejando todas las cosas de este mundo para que puedan tener acceso al reino eterno, de lo contrario les espera un destino muy siniestro. 

El dios farsante llamado Jehová de los ejércitos.     

Jehová, Elohim o simplemente Yahvé no es el Padre de Cristo pues el verdadero Mesías lo dejó muy en claro cuando le dijo a los judíos que a él lo irían a crucificar los mismos creyentes de Jehová por revelar la verdad, revelando que esta divinidad hebrea era el mismo diablo o Satanás, el siguiente versículo contiene esta Verdad Absoluta:       

 

Jesús dijo: Vosotros sois de vuestro Padre el diablo, y los deseos de vuestro padre el diablo queréis hacer.       

Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en el la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de lo suyo habla; porque es un mentiroso, y es el Padre de la mentira.       

 

Queda demostrado que Jehová de los ejércitos Anunnaki no es el Padre de Cristo El Mesías.       

 

Los judíos, los católicos y los protestantes tan sólo hacen la Voluntad de Jehová de los ejércitos traicionando de esta manera a Cristo el verdadero Mesías y Redentor al no hacer su voluntad, veamos:       

 

Jesús les dijo a sus discípulos: id y predicad el reino de los cielos sin llevar nada encima, ni ropa, ni dinero alguno, no escucharon a Cristo y tan solo hacen lo que les dijo Satanás el diablo Jehová, denle diezmos, ofrendas, dádivas, primicias, obsequios, a los malditos Pastores, Obispos, Cardenales y Papas para hagan inmensas riquezas.       

 

Jesús dijo: Mi padre no habita en templos hechos por manos de hombres y se dedicaron a edificar templos hechos por manos de hombres como lo ordenó Jehová, el diablo o Satanás, traicionando de nuevo al verdadero Salvador.     

 

Jesús dijo: Mi Padre es luz y habita tan sólo en la luz, pero los malditos creyentes judíos, católicos y protestantes tan sólo hacen la voluntad de Jehová, Satanás que habita en la oscuridad y las tinieblas y esto lo dice el mismo dios Jehová.     

  

Jesús dijo: dejad todas las cosas de este mundo si desean la Salvación, pero traicionaron a Cristo otra vez, y se dedicaron fue a amar este mundo consumista cruel e injusto que se mantiene vivo gracias a la existencia de los creyentes de Jehová, el diablo o satanás, su objetivo es concederle inmensas riquezas a sus respectivos líderes religiosos cuando Cristo dijo que ningún rico entrará al reino de los cielos, recuerden una vez más lo que dijo Cristo refiriéndose a Jehová:     

 

Juan 8:44     

Jesús dijo: Vosotros sois de vuestro Padre el diablo, y los deseos de vuestro padre el diablo queréis hacer.       

 

También le dijo Jesús a los judíos anticristo, y se los dice hoy en día a los traidores y desleales anticristos Católicos y protestantes:   

    

Juan 8:38  

Yo hablo lo que he visto de mi Padre, pero vosotros hacéis lo que vuestro Padre el diablo Jehová les dice que hagan.       

 

De nuevo Jesús se refiere al hecho de que Jehová es el mismo Padre el diablo o Satanás y lo diferencia del Padre de la luz que es su verdadero Padre.       

 

El verdadero Cristianismo no existe sobre la faz de la tierra porque no es rentable evangelizar un reino de los cielos en donde el primer requisito para entrar a dicho reino es dejar todas las cosas materiales de este mundo, todo lo contrario a lo que hacen los distintos líderes religiosos Judíos, Católicos y Protestantes junto a sus creyentes que se dedicaron a comercializar el nombre de Jehová porque es el dios de este mundo que les concede inmensas riquezas materiales, el reino de Dios es de los más pobres, miserables y desprotegidos, ningún demonio de estos pertenecientes al imperio mundial de las religiones falsas entrarán al Reino eterno.       

 

¿Por qué motivo va ser destruido el mundo creado por Jehová?       

 

1 Juan 3:8  

El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El hijo de Dios se manifestó con este propósito: Para destruir las obras del diablo.       

 

Las obras del diablo son todas las cosas de este mundo creadas por Jehová y para poder ser salvos se requiere de dejar todas las cosas de este mundo, requisito que no lo pueden cumplir ningún creyente judío, católico ni protestante porque creen en las mentiras de sus malditos líderes religiosos a los cuales Jehová les concede inmensas fortunas materiales por publicitar su nombre en todas las naciones.       

 

La siguiente verdad va dirigida a todos los hipócritas falsos cristianos que judaizaron el cristianismo original:       

 

1 Juan 2:4  

El que dice: Yo he llegado a conocerte, y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, es un hijo del diablo y la verdad no está en él.     

 

Pues bien: Los cristianos falsos dicen ser verdaderos cristianos porque conocieron el evangelio de Cristo Judaizado haciendo la voluntad o los mandatos de Jehová y no los mandatos del verdadero Dios y Creador.       

 

Los judíos, los católicos y los protestantes tan sólo hacen la voluntad de Jehová, traicionaron a Cristo el verdadero Mesías y Redentor, al no hacer su voluntad, Cristo les dijo a sus discípulos: id y predicad el Reino eterno sin llevar nada encima, ni ropa, ni dinero alguno, no escucharon a Cristo y tan sólo hacen lo que les dijo Satanás el diablo, denle diezmos, ofrendas, dádivas, primicias, obsequios, a los malditos Pastores, Obispos, Cardenales y Papas para hagan inmensas riquezas.     

 

Jehová prometió un nuevo Pacto para los judíos en el fin de los tiempos, escuchen bien: Un nuevo Pacto que tan sólo va dirigido a su pueblo amado de Israel, pero los ignorantes y paganos cristianos judaizaron el cristianismo creen todavía que dicha promesa también va dirigida a ellos sin tener sangre o descendencia judía.       

 

Israel amo y dueño absoluto de todas las naciones: este es el objetivo de Jehová en el fin de los tiempos, El Sionismo Internacional: El Nuevo Orden Mundial: Todos los gobernantes del mundo fueron elegidos por el dios Jehová no importando la tendencia política, absolutamente todos los gobernantes, reyes y reinas, al igual que todos los líderes religiosos Judíos, Católicos y protestantes al servicio del maldito dios de carne y hueso: Jehová de los ejércitos reptilianos gigantes fueron puestos por su amo dios Jehová.   

 

 

Revelación escrita por el espíritu de la verdad eterna Rubén Lòpez.