Para una mejor comprensión del Dios que es eterno. 

 

 No se puede confundir al Dios creador de la vida espiritual con ningún tipo de religión, a Dios no se le puede conocer a través de la filosofía o de la teología, Dios se encuentra mucho más allá de cualquier conocimiento intelectual del ser humano terrenal.     

Se han hecho muchas cosas terribles en nombre de la religión y en nombre de Dios, pero Dios existe mucho más allá de todas estas cosas, mucho más allá del error humano, mucho más allá de la imaginación humana, mucho más allá de la invención humana y mucho más allá de la corrupción humana.   

 

Dios no es una proyección de las emociones, pasiones, deseos, pensamientos o sentimientos humanos. Dios no está proyectado en la ira, la envidia, el egoísmo, la codicia, las guerras o las injusticias, Dios no es ruegos o suplicas, Dios no es filosofía, rituales, misas, sacramentos, dogmas o doctrinas, Dios no es sacerdotes, pastores o rabinos. Dios está mucho más allá de cualquier interpretación bíblica, más allá de cualquier tipo de especulación.  Dios existe mucho más allá de todas estas cosas.     

Dios es tan real como lo es la vida la cual es verificable, el verdadero Dios que es puro y santo jamás se ha ocultado, Él permite que se le sienta y se le refleje en el buen comportamiento.     

 

Lo que Dios ha creado desde el principio aún se encuentra dentro del interior de cada ser humano, Dios vive más allá del intelecto o de la razón, más allá de cualquier concepto o creencia mental, Dios está más allá del miedo. Dios está dentro de cada ser humano en estos mismos momentos y también estará con nosotros después de la muerte si es que deseamos aceptarlo, lo que Dios ha creado lo ha hecho a la perfección y es eterno no es temporal o corruptible.      

 

Dios impregna todas las cosas naturales, Dios vive dentro de toda la vida biológica, Dios es el mismo ecosistema que el hombre está empeñado en destruir.     

 

A Dios se le puede sentir en cualquier lugar en donde nos encontremos, Dios nos puede dar sabiduría si se la pedimos, como también nos puede sanar las enfermedades si lo creemos.      

Para llegar a Dios primero debemos de conocer la verdad que se encuentra dentro de nosotros mismos, esa verdad interior a lo que se llamamos Dios es la misma verdad que nos hará libres.      

El verdadero Dios no es el mismo Dios de las civilizaciones más antiguas que cometía grandes masacres y genocidios o amenazaba con juicios finales. El verdadero Dios no es aquel en el que nos hecho creer, aquella entidad celestial que tiene cualidades, pasiones, pensamientos y sentimientos iguales a los de los seres humanos, el verdadero Dios no se arrepentiría jamás de su propia creación, Dios jamás está enojado, Dios jamás asesina o destruye, Él sigue siendo el mismo desde ayer, hoy y por siempre porque es un Dios inmutable y eterno.      

 

El verdadero Dios eterno no es aquella entidad celestial limitada que vive en lugares muy específicos y que ama tan solo al pueblo de Israel, el verdadero Dios no es aquel que tan solo se preocupa por las cosas que sucedan en este mundo, el verdadero Dios es más bien un Dios universal que impregna todas las galaxias a la vez.     

 

El Dios eterno no es un Dios que juzga o que es vengativo, no es un Dios que necesita de alabanzas, ruegos, suplicas o de adoración, no es un Dios que exija obediencia, respeto o adulación.     

El verdadero Dios eterno es el único Dios del universo, es el único Dios de toda la creación, no es un Dios local de un solo mundo como lo es la tierra, un pueblo o una tribu; no es un Dios que piensa, actúa o se comporta como los seres humanos piensan, actúan y se comportan.     

 

El verdadero Dios eterno no se limitaría jamás a enviar tan solo una revelación para la humanidad, pues Él siempre ha enviado Revelaciones sucesivas para la humanidad y en fin de los tiempos lo está haciendo a través del espíritu de la verdad eterna.    

La nueva Revelación para la humanidad es para preparar a los elegidos para lo que será el fin de los tiempos y el comienzo del milenio de la salvación de la madre tierra, la nueva Revelación para la humanidad que Dios envía a través del espíritu de la verdad eterna es para anunciar el gran cambio que se avecina en el mundo y para preparar a la humanidad para su futuro, destino y encuentro con la verdad que los regresará a su verdadero origen que es eterno.       

 

El verdadero Dios eterno no favorece tan solo a los habitantes de una sola nación, no lleva a los pueblos a las guerras y jamás amenazaría con venir a destruir la tierra junto a todo lo que la habita.    

 

El verdadero Dios no envía desastres naturales, plagas, enfermedades o catástrofes, El Dios eterno es sabio y no es una entidad mental intelectual, Dios no es ningún filósofo ni teólogo, Dios no realiza como tampoco exige rituales de ninguna clase.     

El verdadero Dios eterno no es el que corona reyes o pone gobernantes sobre la tierra, el verdadero Dios no le da riquezas a una élite privilegiada, El Dios eterno nada tiene que ver con la economía mundial y las injusticias. El Dios eterno nada tiene que ver con el mundo de la farándula, las celebridades, los conciertos o los templos o iglesias hechas por manos de hombres pecadores. El verdadero Dios eterno nada tuvo que ver con los eventos de Sodoma y Gomorra y mucho menos tuvo que ver con el genocidio cometido en las tierras de Canaán a lo que se le llama hoy en día como el Estado de Israel. El Dios eterno jamás enviaría un Diluvio Universal para eliminar a toda la raza humana y demás entidades vivientes.           

 

El Dios que es eterno ha puesto la sabiduría, el Conocimiento y el don de discernimiento dentro de nosotros mismos para que podamos conocer en profundidad lo que es el bien y el mal y de este entendimiento es que depende nuestra salvación o la condenación eterna, Dios está dentro de nosotros mismos para guiarnos y para redimirnos.     

 

Muchas cosas van a llegar a su fin, muchas cosas van a ser cambiadas, viene un nuevo mundo, una nueva cultura que es la ecológica, viene una nueva manera de pensar, vienen las nuevas generaciones no mentales, viene la nueva tierra, llega la salvación.        

 

De cada uno de nosotros los seres humanos depende si lo que queremos es a un dios vengativo, que amenace y que castigue o a un Dios que siempre ha sido inmutable, amoroso, compasivo, milagroso y misericordioso, al viejo dios lleno de ira, de repudio y de venganza, lo debemos de sacar de nuestras vidas para que los milagros se puedan hacer realidad, a la vida llena de temores, miedos, incertidumbre, sufrimiento, hambre, miseria, enfermedades, oscuridad, confusión, pleitos y contiendas toca darle muerte.       

 

Si deseamos escapar de las fuerzas del maligno que rodean y gobiernan sobre nuestra vida debemos primero de escapar del gran fraude religioso al cual te hemos visto sometidos por que ha llegado el momento en que debemos comprender mejor a Dios. Permitamos que los poderes Divinos del Dios todo poderoso actúen dentro de cada uno de nosotros obrando grandes milagros sobrenaturales que no son de este mundo.      

 

Al Dios todo poderoso al cual le estamos depositando toda nuestra confianza, es el Dios creador de todos los Universos no se trata de un dios muy pequeñito que dice ser tan solo el dios del cielo y de la tierra, o que dice ser tan solo el dios de las tierras de Israel, se trata es del Dios de todas las razas, de todas las naciones y de todos los colores de piel, es un Dios que no discrimina como tampoco es vengativo y no amenaza con venir a destruirnos como ya lo ha hecho en la antigüedad el dios falso del antiguo en varias oportunidades, el Verdadero Dios eterno ama y protege cada una de las vidas humanas al igual que ama al planeta tierra, a nuestra galaxia y al resto de su compleja creación.      

 

La humanidad no puede salvarse a sí misma, la humanidad necesita con suma urgencia de un salvador, pero existen muchos distintos dioses del cielo y de la tierra que aseguran ser cada uno de ellos el salvador de toda la humanidad.     

 

Es por este motivo en que se revela la verdadera identidad del verdadero Dios y creador para que lo podamos comprender mejor, y no continuar siendo engañados por los dioses falsos del cielo y de la tierra proclamados en cada una de los cientos de creencias del mundo.     

 

Al verdadero Dios que promete la salvación para ir de regreso al verdadero origen eterno no se le puede encontrar en los textos antiguos de la filosofía budista, maniqueísta, zoroástrica como tampoco en los hinduistas, Al verdadero Dios tampoco se le puede encontrar en los textos antiguos de los hebreos como tampoco en los del extremismo islámico, al verdadero Dios no se le puede encontrar en la religiosidad católica como tampoco en el fanatismo de los ortodoxos o protestantes, al verdadero Dios se le puede encontrar en lo más íntimo y profundo de cada ser humano.  

 

 El Dios eterno no es un dictador.   

 

El verdadero Dios eterno creador del universo no puede actuar como si se tratara de un dictador, la autoridad suprema del creador no debe de estar basada en el miedo o el temor, el Dios eterno no es un gobernante o un comandante Divino.    

El hacer el mal, es ir en contra de la voluntad de Dios, está muy claro que cada día los seres humanos pecamos más y es por naturaleza, y a pesar de esta baja condición, Dios es muy paciente y nos invita siempre al arrepentimiento, al cambio y a la conversión, Dios se convertiría en un tirano si nos amenazara con supuestos juicios finales o con enviarnos al infierno, cada persona se salva o se condena a sí misma.   

 

Las almas condenadas no saldrán del infierno, no porque Dios lo quiera así, sino porque las personas en vida no quieren escuchar el verdadero mensaje de la salvación eterna que consiste en dejar las cosas del mundo para poder liberarnos de las cadenas de la esclavitud.    

 

Si las personas desean ser felices simplemente deben de dejar de vivir de la manera incorrecta, pero las personas no quieren vivir de acuerdo a la voluntad de Dios, sino bajo su propio dominio y voluntad humana, no todas las personas se salvarán, y no es porque Dios lo quiera de esta manera, el motivo es porque no hacemos la santa voluntad Divina.    

 

El no hacer la voluntad de Dios es rechazar a Dios, es rechazar la salvación. Dios no es un dictador y es por ese motivo que los seres humanos hacemos cuanto se nos venga en gana sin temor alguno de los que nos sucederá a cada uno de nosotros después de la muerte.    

 

Ama a Dios con todo tu espíritu, y ama a tu prójimo como a ti mismo, eso es todo, al no seguir estos principios es cuando aparece el concepto del pecado y de la condenación, si amamos a Dios con todo nuestro espíritu entonces no le hacemos el mal al resto de su creación, no le hacemos el mal a nuestros semejantes, como tampoco no nos hacemos daño a nosotros mismos.    

Cada uno de nosotros los seres humanos somos pecadores y necesitamos de un salvador, pero si no atendemos el verdadero mensaje de dicha salvación entonces no podemos ser salvos, es muy simple de entender.    

 

Los seres humanos somos mucho más depravados de lo que solemos pensar, no siempre valoramos lo que, si deberíamos de valorar, pues tiene más valor cualquier articulo material adquirido mediante la codicia, que la vida de las demás personas, entonces no estamos amando a Dios como tampoco estamos amando a nuestro prójimo como a nosotros mismos, a lo que estamos amando y deseando es a las riquezas materiales.    

 

Muchas veces compramos cosas que no necesitamos cuando ese dinero podría haberse usado para vestir al desnudo, o para alimentar al hambriento, no tiene más valor comprar un auto último modelo, o un celular de última generación, que alimentar a muchos niños que nada tienen que comer, entonces no estamos haciendo la voluntad de Dios cuando dice que nos amemos los unos a los otros.    

 

La mayoría de nosotros somos depravados, malos y egoístas pues tan solo pensamos en nuestro propio bienestar, el sistema de valores de los seres humanos se encuentra por el piso, como es posible que valoremos más un costoso celular, un auto, o una lujosa mansión que al resto de los seres humanos.     

 

El renunciar a los deseos que ofrece el mundo y no acceder al mundo del consumismo y dedicarnos más bien a alimentar a los hambrientos no es una tarea fácil, de ahí que el mensaje de la salvación no sea bien atendido y más bien es rechazado, debido a los intereses personales egoístas de las personas.    

 

Las personas que son muy ricas, famosas y poderosas hacen pequeñas obras de caridad con las migajas que les caen de sus mesas, porque el dinero lo invierten es en lujosas mansiones, aviones privados, yates, autos, joyas y ropa muy costosa, pero Dios si nos valora más de lo que nosotros valoramos a nuestro prójimo.    

 

Jesús de Nazaret estuvo dispuesto a renunciar a todas las riquezas materiales, a todos los deleites y a todos los deseos de este mundo con el fin de poder transmitir de la manera más pura el mensaje de la salvación, hasta llegar al extremo de morir desangrado en una Cruz, y ni siquiera así lo quieren escuchar.     

Jesús de Nazaret murió en la cruz no solo por aquellos que lo amaban, sino que también murió por todos aquellos que lo odiaban, ¿Estaríamos nosotros dispuestos a hacer algo semejante a lo que le sucedió a Jesús de Nazaret por los extraños, desconocidos o quizás por nuestros propios enemigos?    

 

Claro que ninguna persona se atrevería a morir por el bienestar de los demás, es que ni siquiera estamos dispuestos a sacrificar la compra innecesaria de una lujosa mansión, un auto o una joya por el bienestar de otras personas que sufren grandes necesidades.     

Valoramos más las cosas materiales que a las personas, valoramos más nuestra comodidad personal que las necesidades del huérfano, la viuda o el hambriento, la verdad sea dicha: somos unos verdaderos seres inhumanos, egoístas, vanidosos, codiciosos y depravados.    

 

El planeta tierra necesita y con mucha urgencia de personas que sean realmente buenas, la verdad es que la mayor parte de las personas que dicen ser cristianas no son personas buenas porque no están haciendo la voluntad de Dios que es el de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, nos enfocamos más en nuestras comodidades y deseos que en el bienestar de las demás personas, en lugar de estar agradecidos con lo que tenemos y compartirlo con los necesitados.   

 

El primer paso para estar agradecidos con Dios es compartir un poco de lo que tenemos, es lo mínimo que podemos hacer para poder afirmar que estamos haciendo la voluntad de Dios, de esta manera se estaría justificando el sacrificio de Jesús de Nazaret, de lo contrario su muerte hubiese sido en vano.   

 

El hacer el bien a los demás en lugar de hacer el mal es lo que nos hace verdaderos seres humanos espirituales, si Jesús permitió que se le clavaran clavos en sus manos, fue porque quería morir por nosotros los pecadores, para que podamos ir al reino eterno de su Padre, pero, ¿Será que nosotros de verdad nos merecemos dicha salvación?    

 

 

Revelación escrita por el espíritu de la verdad eterna Rubén Lòpez.