¿Morimos para encontrarnos con el Dios eterno?   

 

Soy cristiano primitivo original. Por lo tanto no soy ni católico, ni judío, ni islamista, como tampoco protestante.

 

¿O morimos para ser esclavos de entidades demoníacas energéticas de otros mundos?   

 

Las misas, los ritos, las oraciones o los rezos de tipo religioso no les dan descanso a dichas almas en pena, no seamos tan ingenuos.    

 

¿Tienes la seguridad de que, si mueres hoy, estarás en la presencia del Señor eterno en el cielo?    

 

La muerte para un creyente cristiano debe de representar el descanso eterno y no la esclavitud en calidad de cuerpos energéticos fantasmales.   

 

Tan solo cuando nos demos cuenta de lo terrible que puede suceder después de nuestra muerte, es que podemos atender el verdadero mensaje de la salvación predicado por Jesús de Nazaret.   

 

Es falso cuando afirman los líderes religiosos que tan solo hay dos caminos después de la muerte: Los cielos y el infierno, el camino faltante y que es el más importante es la eternidad, ya sabemos que El Dios eterno no habita en ningunos cielos porque estos no son eternos.   

¿Como se explica la existencia de unos cielos y de unos infiernos? a lo que se le llama la muerte, el hades, o el inframundo.    

 

La creación original está compuesta por distintos “mundos” separados pero coexistentes: el mundo natural en el cual vivimos y los mundos energéticos dimensionales que no podemos ver pero que son muy reales.    

 

El mundo natural es todo lo que podemos ver a nuestro alrededor: la hierba, el cielo, las casas, las otras personas, nuestro propio cuerpo, etc.    

 

Los mundos paralelos energéticos, consisten en las realidades invisibles que no podemos entender por completo sino hasta después de la muerte y entre ellos se encuentran el famoso el cielo, y el infierno, a estas realidades invisibles las llaman de manera errónea el mundo de los espíritus o el reino eterno de Dios, más bien se debería de llamar el reino de las almas extraviadas, atrapadas, o el reino de las almas en pena o almas sufrientes.   

 

Las cosas en el mundo paralelo fantasmal no funcionan de la misma manera a cómo funcionan en el mundo natural en el cual vivimos, la realidad es bien distinta, los fantasmas se verán como un reflejo de lo que representa este mundo sin poder tener acceso a él, y esta realidad es la que las hará sufrir.   

 

El experimentar el proceso de morir y luego despertar en otro mundo que no es aquel que acabamos de abandonar no es algo que sea muy agradable, supuestamente las almas desencarnadas se van al encuentro con los seres de luz en él cielo, ignorando por completo que estas entidades fantasmales con alas a las cuales llaman ángeles, son demonios energéticos habitantes de las otras dimensiones paralelas al mundo natural que experimentamos nosotros mientras tenemos vida.    

Dependiendo del estilo de vida que hayamos tenido en este mundo, es que se pueden tener distintas experiencias en el más allá, no es que después de la muerte ingresamos al mundo de los espíritus, a lo que ingresaremos es al mundo de los fantasmas que es una cosa muy distinta.   

 

El hecho de que algunas personas después de la muerte se vayan para los cielos y otras se vayan para los infiernos, no marca las diferencias, debido a que ambos lugares son energéticos y fantasmales.   

Las personas después de la muerte son esencialmente las mismas que cuando tenían vida, tienen todos sus recuerdos, tienen las mismas creencias y actitudes hacia las cosas, e incluso pueden manifestar el mismo entorno que tenían en la tierra, incluso podrán creer que aún no están muertas, vivir de esta manera y de manera infinita es algo terrorífico.   

 

Cuando las personas mueren e ingresan al mundo fantasmal se pueden encontrar con amigos o familiares que murieron antes que ellos, en el más allá continuarán existiendo por siempre las almas buenas y las almas malas.    

 

Las personas cuando están vivas se preparan para ir al cielo y no ir a caer al infierno, pero no se preparan para el encuentro con el Dios eterno que no se encuentra en los cielos, este es un grave error porque se irán al encuentro no solo con almas buenas desencarnadas, sino que se encontraran también con las mismas almas malignas que habían habitado esta tierra y estas almas malditas desencarnadas ya en calidad de demonios los esclavizaran y los someterán a su capricho. 

   

Las almas desencarnadas de los seres humanos llegan al mismo mundo fantasmal como iguales, no importando si fueron buenas o malas, como tampoco importando que tipo de creencia religiosa hayan podido tener en vida, independiente al sexo, nacionalidad, o color de piel.     

Es muy común que los ingenuos creyentes religiosos engañados visualicen al cielo por encima de ellos, y al infierno por debajo, ignorando que la muerte es el mismo hades o inframundo que queda en las profundidades de la misma tierra, mientras que la eternidad no queda en ningún lugar geográfico, no se encuentra arriba en los cielos como tampoco abajo en los infiernos.  

 

Los ángeles del cielo como los ángeles del infierno en algún momento fueron también seres humanos, tanto los ángeles del cielo como los ángeles del infierno son cuerpos energéticos fantasmales, no se hace la diferencia, como para afirmar que los unos son eternos y los otros no lo son.    

El Dios eterno no juzga a nadie, El Dios eterno no envía a algunos para el cielo y a los otros para el infierno, más bien, son los mismos seres humanos quienes eligen su propio destino después de la muerte.   

 

Si no se logra destruir al viejo hombre mental, tampoco se puede nacer a la verdadera vida espiritual esencial que será la que nos del descanso eterno, en la eternidad no existen las energías que generan pensamientos hechos de energías, por lo tanto, quien va a la eternidad no se lleva ningún tipo de recuerdo impregnado en el cuerpo energético fantasmal, porque ha logrado vencerlo cuando estaba en vida celular. En la vida eterna no existe ninguna clase de actividad o pensamiento relacionado con la vida anterior mundana.    

 

Cuando se muere a nivel biológico celular, dicho evento no significa que las energías o los recuerdos celulares hayan muerto junto con el cuerpo físico, los recuerdos memoriales aún continúan con vida, y es a lo cual se le llama después de esta vida cuerpos fantasmagóricos que no tienen cuerpo físico memorial, pero sí conservan un cuerpo energético memorial, se trata de la memoria que grabaron cuando se encontraban con vida biológica, el mundo material no lo es todo, hay vida después de la muerte, pero vidas distintas, una con recuerdos energéticos que los va a hacer sufrir de manera continua , y la otra que es la vida esencial espiritual sin recuerdos que es la que les va a dar el descanso eterno.     

 

La vida y la muerte se oponen cuando se encuentran en actividad ambos cuerpos, el mental espiritual hecho de energías que es quien mueve los pensamientos hacia las cosas del mundo material, y el cuerpo biológico celular, es por este motivo que las personas le temen a la muerte, porque ignoran por completo que es lo que sucede después de la muerte, el sistema de conciencia mental se resiste a morir por el apego hacia las cosas hechas de energías, pero todo lo contrario sucede con las personas que han logrado vencer todas las cosas de este mundo, pues el cuerpo energético mental que tanto le temía a la muerte ha sido destruido, por lo tanto ya se le deja de temer a la muerte, ya las cosas del mundo no son su prioridad, estas personas se habrán encontrado con su verdadera identidad y tan solo busca las cosas espirituales que los lleva de vuelta a su verdadero origen, si existe algún tipo de temor en estos nuevos seres, es que las cosas del mundo o sus tentaciones les vayan a programar de nuevo construyendo sobre su cuerpo celular una entidad maligna que los lleva después de la muerte  quedar en calidad de almas en pena o figuras energéticas fantasmales.      

 

Para muchos la muerte significa el fin de la vida biológica, pero esto no les significa el fin de los deseos o el sufrimiento cuando se mueran, la vida mental no solo esclaviza al hombre sobre la tierra, sino que lo esclaviza cuando este muera a nivel biológico, podrá morir su cuerpo portador celular, pero no muere la entidad invisible que gobernaba dicho cuerpo celular que se había convertido en el hábitat de los demonios, los cuales se manifiestan a través de los pensamientos, muere el cuerpo físico pero el alma aún continúa con vida, el destruir el alma - mente en vida, significa ser un nuevo hombre espiritual listo para ir de regreso a la eternidad.    

 

La muerte nos puede llegar en cualquier momento, pero las personas no se preparan para cuando les llegue el momento de morir, si no fuera importante el tema después de la muerte, no existirían los distintos tipos de creencias religiosas y filosóficas, todos buscan la verdad que los llevara por el camino correcto hacia la vida eterna.   

 

Lo que llaman experiencia de vida mundana, es una programación mental que edifica un cuerpo energético a lo cual llaman alma, dicha alma es quien desencarna y continúa viviendo, recordando toda la vivencia física del portador, por lo tanto, es sufrimiento lo que viene después de la muerte y no descanso eterno.   

Prepararse para la muerte es conocer la verdad que nos conduce hacia la vida eterna dejando todas las cosas de este mundo, pues no solo de pan vive el hombre, sino de todo de lo que venga a través del espíritu que es quien da la vida eterna.    

 

La muerte del viejo hombre es quien garantiza la salvación, y ese viejo hombre del cual hablaba Jesús de Nazaret es la programación mental a la cual llaman alma o cuerpo energético mental.    

 

El camino hacia la eternidad comienza cuando se está aún con vida porque ya cuando estemos muertos, será demasiado tarde como para poder pensar en cómo ir de regreso al verdadero hogar espiritual del cual hablaba Jesús, los afanes del mundo y sus riquezas ahogan el verdadero mensaje de la salvación, la verdadera vida eterna se encuentra en lo que no se puede ver, el descanso eterno se encuentra en medio de la soledad, el vacío y el no mundo de los deseos materiales.   

La muerte que promete un viaje hacia la eternidad tan solo se obtiene cuando vivimos una vida desapegada hacia las cosas de este mundo, una vida desinteresada conectada a la madre tierra, y compartida con los demás, pues toda clase de apegos tan solo sirven para una condenación eterna, incluyendo los apegos a toda clase de religiosidad.        

 

El Seol es un lugar de oscuridad para donde se van las almas de los muertos no importando su rango o sus riquezas, el Sheol o el Seol es llamado el Hades en griego.        

 

El Sheol, el Hades, el inframundo es el mismísimo infierno situado en alguna parte muy profunda debajo de la tierra.     

 

Después de la muerte lo mismo les sucederá a los buenos y a los malos, a los tiranos y a quienes se consideran santos, a los reyes y a los plebeyos, a los israelitas y a los gentiles, todos ellos habitarán juntos en   aquel lugar tan tenebroso llamado el hades que es el mismísimo infierno.       

 

Después de la muerte no hay diferencia entre ricos y pobres, entre blancos y negros entre cristianos o budistas, entre alemanes, rusos o chinos.       

 

Existen dos “mundos” separados pero coexistentes: el mundo natural y el mundo espiritual.   

 

El experimentar el proceso de la muerte para luego regresar a este mundo y poder contarle a los familiares o amigos como es el más allá, muy pocas personas lo han logrado y sus narraciones son bien distintas, dependiendo del tipo de creencias religiosas hayan tenido. Un budista no podrá contarles a sus familiares que en el más allá se encontró con Jesús de Nazaret o que estuvo en los cielos, como tampoco un cristiano podría contarles a sus familiares que su encuentro fue con el Buda, como tampoco un escéptico o un ateo podría contar que se encontró con alguno de los dos personajes antes mencionados.   

Esto prueba de manera contundente que el alma desencarnada de las personas es el registro memorial energético mental que continuará con vida después de la muerte.  

 

La vida eterna después de la muerte no se encuentra en los cielos.   

El mensaje central de Jesús de Nazaret es: La vida eterna después de la muerte.   

 

La vida eterna se refiere a la continuación de la vida después de la muerte.  

 

La muerte es repentina y no es cuestión de edades, razas, sexo, creencias o culturas, en un minuto podemos estar vivos, pero al siguiente minuto podemos estar muertos.    

 

Cuando tu corazón ha dejado de latir, sabrás que ya has muerto porque tu conciencia a lo que llamas alma o mente aún se encontrará con vida, incluso podrás escuchar el anuncio de tu muerte y sabrás todo lo que sucede a tu alrededor. A nivel teórico se dice que existen cuatro dimensiones, aunque los científicos físicos creen que puede haber hasta once planos, mundos o dimensiones, y una o varias de estas dimensiones es a lo que comúnmente se le llama cielos, por lo tanto, los cielos no es la eternidad. La conciencia mental aún continúa con vida después de la muerte en algún lugar de aquellas dimensiones desconocidas. La aparición de fantasmas y las experiencias cercanas a la muerte, así lo confirman.    

 

Los seres humanos cuando se mueren se van para un reino diferente al que conocemos, los testimonios de las personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte, han contado que han visto a entidades luminosas en otras dimensiones, es a lo que les llaman: seres de luz, o los ángeles del cielo. Estas cosas suceden porque la conciencia de los seres humanos existe a través de la energía, y es dicha energía memorial la que se desprende después de la muerte física de las personas. El reino eterno de Dios de ninguna manera se puede encontrar en otros mundos, planos o dimensiones llamados cielos.   

 

No existen leyes físicas que prohíban la existencia de mundos paralelos, por lo tanto, existen muchos lugares para donde el alma desencarnada pueda emigrar después la muerte. La conciencia mental no perece después de la muerte.     

 

Es muy importante el tema de las creencias, pues no basta con saber de qué existe vida después de la muerte, lo importante es saber qué va a suceder con cada uno de nosotros después de la muerte.   

 

El cuerpo físico morirá en algún momento, el alma se desprenderá, y es el espíritu el que nos hará uno con el padre al cual llamamos Dios y qué siempre ha sido eterno.    

 

La muerte física, el hades o el infierno es un lugar muy real al igual que lo es la eternidad, Dios a través de Jesús de Nazaret, lo único que quiere Dios es que seamos salvos y podamos regresar a su reino, Él no desea que las personas queden atrapadas en reinos dimensionales muy oscuros y de tinieblas plagados de sufrimiento y de tormentos.      

Dios envió a su hijo trayendo un mensaje de salvación para que de manera urgente salgamos de las tinieblas y regresemos la luz.    

Teológicamente, el cielo debe de ser necesariamente eterno, en otras palabras, El Dios del antiguo testamento creó al hombre para que tenga una vida eterna en unos cielos que hacen parte de la creación. ¿Puede ser posible que algo que haga parte de la creación como son los cielos sea la eternidad de la cual hablaba Jesús de Nazaret? La verdad es que la eternidad en el cielo es una necesidad estrictamente religiosa muy destructiva.   

 

¿Será verdad que vamos a pasar después de nuestra muerte toda una eternidad al lado de Jesús de Nazaret y junto a su Padre que es eterno en un lugar físico que hace parte de la creación como son los cielos? Estas cosas inventadas y fantasiosas de ninguna manera hacen parte del evangelio original predicado por Jesús de Nazaret respecto a la vida eterna después de la muerte. De la vida después de la muerte en los cielos no se trata la esperanza cristiana. La eternidad en los cielos no es bíblica, no es cristiana, no son las buenas noticias de la vida eterna y defraudan lo que realmente son las enseñanzas no adulteradas de Jesús de Nazaret.  

 

Tanto el mundo físico y material en el cual vivimos es una dualidad engañosa de la cual tenemos que escapar para ser salvos y tener la vida eterna, los seres humanos somos almas atrapadas en un cuerpo con piel y huesos, y dichas almas energéticas continuarán atrapadas en otros planos, mundos y dimensiones desconocidas llamados cielos, infiernos o purgatorios después de la muerte.   

 

Si las enseñanzas originales de Jesús de Nazaret se tratan realmente de ir al cielo después de la muerte, entonces nuestros espíritus no son eternos y el cristianismo sería todo un fraude, pero las cosas no son así, lo que sucede es que la vida eterna ha sido mal comprendida. Nuestro destino eterno no se encuentra allá arriba en los cielos, como tampoco se encuentra allá abajo en los infiernos, nuestro destino eterno es un lugar incorpóreo no energético llamado la eternidad increada. Queda entendido que para los creyentes cristianos su destino final no son los cielos, porque el cielo es el espacio que se encuentra allá arriba. Es muy fácil de entender que allá arriba no queda la eternidad. Allá arriba no se encuentra el Dios eterno que es la esencia espiritual de toda la creación.    

 

La pregunta sería: ¿Será verdad que nosotros los simples seres humanos mortales sabemos que cosa es la vida eterna?   

  

Lo primero que debemos de hacer es descartar que no es la vida eterna para luego si poder comprender que cosa es la vida eterna prometida por Jesús de Nazaret.   

 

El infierno, el Hades, el Seol o el inframundo que es lo que representa a la muerte es una fosa común ardiente y nada tiene que ver con la eternidad después de la muerte, pues la mayor parte de las personas después de su muerte física aún continúan muertas porque no lograron comprender a la vida eterna mientras estaban vivas.  

  

Queda entendido que la eternidad después de la muerte no es el Hades, el Seol, el inframundo o el infierno.      

 

La vida eterna de ninguna manera debe de comenzar después de una supuesta segunda venida de Jesús de Nazaret o después de la creencia religiosa sobre la resurrección de los muertos, esto es muy sencillo de explicar: Lo que es eterno no ha tenido ningún principio como tampoco tendrá un final.    

 

La vida eterna no comienza en la vida terrenal de los seres humanos o después de la muerte, lo que es de la carne, carne es, y lo que es eterno, eterno será por siempre.   

 

A nivel religioso la vida eterna la consideran como una experiencia futura, pero esto no es posible porque la eternidad no puede ser ofrecida para un futuro, lo eterno no tiene un principio como tampoco tendrá un fin. La eternidad no hace parte de la creación. La experiencia espiritual de la vida es un presente siempre eterno.  

   

La vida eterna tampoco es algo que se pueda recibir o ganar después de un supuesto juicio final, los cielos hacen parte de la creación y no es la representación de la eternidad.   

 

La vida eterna no es futurista, la vida eterna es algo que pertenece siempre al presente, la vida eterna es aquí y ahora mismo, como lo es, después de la muerte.    

 

La vida eterna no hace parte de lo que es la experiencia mental carnal de los seres humanos, la vida eterna tan solo es para ser comprendida desde el espíritu, y la mayor enseñanza se encuentra en la resurrección de Jesús de Nazaret después de haber vencido a la muerte.   

     

Según las enseñanzas de Jesús de Nazaret, se pasa de la muerte a la vida eterna cuando nos amamos los unos a los otros y después de haber vencido todos los deseos materiales que tienen que ver con este mundo, la vida espiritual jamás muere, como tampoco puede ser destruida.    

Después de la muerte física o material, no todas las personas regresan al verdadero origen que es eterno, pues si no logramos, vencer los deseos y las tentaciones de este mundo, después de la muerte continuaremos muertos, no regresaremos al verdadero origen que es eterno, quedando en calidad de cuerpos energéticos memoriales a los cuales llaman sombras o fantasmas.    

 

¿Puede tener la eternidad un comienzo?    

 

¿Se puede ofrecer la eternidad para un futuro?    

 

La creación tuvo un principio esto significa que la creación no es eterna.    

 

En el principio fueron creados los cielos y la tierra, por lo tanto, ni los cielos como tampoco la tierra son eternos porque hacen parte de la creación.    

 

¿Cómo entonces es posible que cada uno de nosotros los seres humanos tengamos un comienzo de vida que no es eterno, pero luego después de la muerte si vamos a vivir con Dios en la eternidad?    

 

Si somos seres eternos, ¿Cómo es que tuvimos un principio de creación? ¿O es que no somos seres eternos?    

 

Lo único coherente para pensar, es que el alma humana tenga un comienzo de creación, pero no va a tener un final de su existencia.     

Esto significaría que el alma humana vivirá para siempre después de la muerte física de las personas, pero esto no quiere decir que el alma vaya a vivir eternamente debido a que tuvo un principio de creación.    

El Dios eterno es como una línea que continúa sin principio y sin final, pero si nosotros los seres humanos tuvimos un comienzo que luego se extiende infinitamente hacia el futuro, pero no hacia el pasado, esto significa que el alma no es eterna.    

 

¿Entonces qué sucede con el espíritu que es distinto al alma?    

 

¿Es el espíritu eterno sin principio y sin final?    

 

Dios es Espíritu y es eterno: sin principio y sin fin.    

 

El interrogante sería: ¿Tenemos nosotros los seres humanos un espíritu similar al de Dios que es eterno, sin principio y sin final?   

 

De ser así, Esto significa que después de la muerte existen dos posibles escenarios relacionados a lo que le sucede al alma que es infinita pero no es eterna, y el espíritu que sí es eterno.    

 

Para entender el asunto, debemos de distinguir entre lo que es eterno sin principio y sin fin, y lo que es infinito que es algo que continúa de manera infinita pero que, sí tuvo un comienzo, por ejemplo, los números son infinitos porque comienzan con el numero 1 pero no tienen un fin en su sucesión.     

 

Existe en error en confundir los dos términos, las personas creen que lo que eterno es lo mismo que lo que es infinito y esto no es así, los cielos y la tierra fueron creados o tuvieron un principio, podrán continuar existiendo de manera infinita pero no son eternos.    

 

Generalmente la eternidad se refiere a algo que no tiene principio ni fin, "Dios es eterno", esto quiere decir que la existencia de Dios no tiene principio, es un ser eterno, auto existente.    

 

Entonces ¿Que sucede después de la muerte?    

 

En el primer escenario y relacionado al espíritu:    

 

¿Viviremos con el Dios eterno de manera eterna a nivel espiritual?  

 

Esto significaría que nuestra vida espiritual siempre ha sido eterna, sin principio y sin fin, y que viviremos por siempre.   

 

Y en el otro posible escenario relacionado al alma: ¿Viviremos con el Dios eterno de manera infinita?    

 

Esto significaría que continuaremos viviendo para siempre de manera infinita.    

 

Pero resulta ser que no se puede vivir de manera infinita en la eternidad, los seres humanos que fuimos creados con un alma viviente, después de la muerte no podríamos regresar a lo que es eterno a través de un alma que es infinita.    

 

De la siguiente manera podremos comprender mejor este misterio.   

El Dios eterno que creó el Universo físico incluyendo otros mundos, planos y dimensiones energéticas desconocidas, dejaría de ser eterno si se saliera de su esencia espiritual para luego ir a habitar en unos cielos que son infinitos y que hacen parte de la creación, y mucho menos un Dios que es eterno les exigiría a simples hombres mortales sobre la tierra que le construyan templos, catedrales, iglesias, tabernáculos o arcas para hacer de estos instrumentos su casa terrenal, el Dios eterno es la esencia de todo lo creado y no hay manera alguna en que su espíritu se disminuya hasta tal punto de poder habitar en dichos artificios.   

 

Todo lo que ha sido creado a nivel físico, atómico, molecular o material, está hecho de energías, incluyendo los distintos planos, mundos o dimensiones desconocidas entre las cuales se encuentran los famosos cielos, toda la complejidad del universo incluyendo todo lo existente en los cielos y en la tierra son cosas infinitas que tuvieron un principio, pero no tendrán un final, las energías jamás se destruyen, se transforman en otra cosa, esto significa que todo lo que se acaba, se destruya o muere en el mundo físico, se queda de manera infinita en el mismo mundo físico transformado en otra cosa, no importando si se trata de la muerte de una estrella o de un ser humano.     

 

Entonces después de la muerte, cuando el alma energética se desprenda del cuerpo de las personas no va a habitar en un lugar llamado eternidad, ya sabemos que los cielos no son eternos, dicha alma se va a habitar de manera infinita a otros planos, mundos o dimensiones desconocidas en calidad de almas fantasmagóricas, dichas almas jamás han sido eternas, la eternidad jamás puede ser ofrecida para un futuro como se puede leer en las historietas bíblicas.  

 

Lo importante es saber que le sucede al espíritu de las personas cuando estas se mueran, pues no es posible que algo que es energético traspase las fronteras de lo físico para ir de regreso a lo que no tiene forma y que es increado como lo es la eternidad.   

 

Debemos distinguir entre lo que es material y lo que es inmaterial, entre lo que es eterno y lo que es infinito, entre lo que es el espíritu y lo que es el alma, que son cosas distintas y opuestas.    

 

Los seres humanos estamos compuestos de cuerpo, alma, mente y espíritu, si no se entiende lo que significa cada uno de estos componentes, jamás se podrá comprender el gran secreto de la creación, de donde vinimos y para donde vamos y cuál es nuestra misión espiritual en la tierra.   El aliento de vida, el alma, el intelecto, o las experiencias mentales de nosotros los seres humanos no son para nada lo que representa la eternidad, tanto los seres humanos como el resto de los animales somos almas vivientes y esto no significa que los animales tengan vida eterna porque no son entidades espirituales.    

De las muchas referencias al alma que se encuentran en la biblia, ni una sola vez se declara que el alma sea eterna, imperecedera o inmortal, esto significa que una cosa es el alma y otra cosa muy distinta es el espíritu.     

 

El alma, la mente, o el intelecto humano es mortal, lo que es eterno es todo concerniente a la vida espiritual que nos conecta con el resto de los seres vivos, y en general con toda la creación.   

    

El concepto generalizado de lo que representa la muerte física consiste en entender la separación que existe entre espíritu y el alma del cuerpo, una vez que morimos ya no pertenecemos a este mundo físico, pues ya perteneceremos a otro reino que es el espiritual.    

 

A nivel religioso se refieren al reino de las almas en pena del purgatorio o al reino de los espíritus desencarnados después de la muerte, sin hacer distinción alguna entre lo que es el alma y el espíritu, el alma o los recuerdos memoriales de las personas si se pueden separar del cuerpo físico e ir a otro lugar de tormento, mientras que el espíritu no se puede separar del cuerpo físico ya muerto, porque, es este el que representa a la eternidad, si el espíritu se separará del cuerpo muerto dejaría de ser una entidad espiritual que siempre ha sido eterna.      

 

Debemos de saber qué cosa es el alma, qué cosa es la mente y que cosa es el espíritu para poder comprender en profundidad el tema de la salvación de la cual hablaba Jesús de Nazaret, pues no todas las personas cuando se mueren van de regreso a su verdadero origen que es eterno, según las enseñanzas de Jesús son muchos los seres humanos que después de su muerte quedarán atrapados en planos, dimensiones o mundos paralelos fantasmagóricos creyendo que ya son eternos.      

A la primera muerte se le puede vencer para lograr ir de regreso al verdadero reino eterno, pero a la segunda muerte que es cuando el alma ya se encuentra en el Hades, el inframundo, o el infierno, no se le puede vencer de ninguna forma debido a que en el reino de las tinieblas no existe la vida espiritual que es la que representa al reino eterno.  

Cuando las personas no son salvas debido a que no comprendieron el mensaje de Jesús de Nazaret, sus almas quedarán en calidad de cuerpos energéticos mentales memoriales fantasmales en otros planos, mundos o dimensiones llamados cielos, infierno o purgatorio.   

 

 

Revelación escrita por el espíritu de la verdad eterna Rubén Lòpez.

 

Cristo El Mesías.
 
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