Los Betilos: Las Rocas Sagradas.

Betilo (el término procede del griego baitulus y del semítico beth-el "templo del dios" o "de El) es una palabra que denota una piedra sagrada.

En algunas culturas semíticas también se utiliza para designar a los vestigios de meteoritos que golpeaban la tierra ("piedras de rayo"). Este nombre sirve para señalar cualquier tipo de piedra erguida que evoca la presencia de la divinidad y el emplazamiento de un lugar sagrado. Por extensión, el término se aplica a cualquier piedra que se considere sagrada por una cultura.

La mayoría de los betilos, probablemente provenientes de meteoritos, estaban dedicados a los dioses o eran reverenciados como símbolos de los mismos. Entre estas Rocas Sagradas se encuentra: El Santo Grial.

 

La Roca: El Santo Grial.

 

 

Cristo la Roca de la Salvación.

 

 

 

La "Roca de Israel"

En el documento de la independencia de Israel, se declara que Israel es una Roca.
 
Protegido tras una urna de cristal, un largo rollo de papel escrito en hebreo y con 37 firmas en su parte inferior, capta la atención de todo visitante que entra por primera vez en el edificio del parlamento israelí (Knesset).
 
Un guía oficial explica con orgullo que se trata de una de las tres réplicas originales de la declaración del Estado de Israel que quien fuera su primer presidente, David Ben Gurion, leyó de forma apresurada el 14 de mayo de 1948 en el museo de arte de Tel Aviv, tras una enconada asamblea.
 
La solución fue recurrir a la expresión bíblica "la roca de Israel", una especie de eufemismo que puede aludir tanto a la divinidad como a la fortaleza del pueblo judío en sus convicciones.

 

Jehová como una Roca.

Jehová de los ejércitos es mencionado como una Roca en varios versículos del a.t.

Salmos 144:1-8 

Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la guerra; Misericordia mía y mi castillo, Fortaleza mía y mi libertador, Escudo mío, en quien he confiado; El que sujeta a mi pueblo debajo de mí.

 

2 Samuel 22:2-26 

Dijo: Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos. 

 

La Piedra Fundacional de la creación del mundo.

La Piedra Fundacional es la roca que se encuentra en el centro de la mezquita Cúpula de la Roca en Jerusalén. Es conocida también como la Piedra Perforada o la Piedra Angular (en hebreo: אבן השתייה‎, Even ha-Shtiyya, o סֶּלַע‏‎, Sela, lit., la roca manantial y en árabe: الصخرة المشرفة‎, al-Sakhrah al-Musharrafah, lit., la roca noble). Tiene un pequeño agujero en la esquina suroriental que se adentra en una caverna bajo la roca, conocida como el Pozo de las Almas.

 

Hay un debate entre las fuentes judías sobre qué parte del Segundo Templo se encontraba en el lugar donde hoy está la Roca Fundacional: el Sanctasanctórum o el Altar Exterior. Si fuera este último, explicaría los agujeros que hay en la piedra porque ahí se hacían los sacrificios. No hay una opinión definitiva sobre el asunto.

La tradición judía ve al Sanctasanctórum como la unión espiritual entre el Cielo y la Tierra; el axis mundi.

 

La Cúpula de la Roca en Jerusalén.
 
La Cúpula de la Roca o el Domo de la Roca (en árabe: قبة الصخرة‎‎‎ [Qubbat al-Sajra], en hebreo: כיפת הסלע‎ [Kippat ha-Sela]) es un monumento situado en Jerusalén, en el centro del Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas. Dentro de este recinto se encuentra la Roca de la creación del mundo.

 

La Roca Onfalo.

 

El ónfalo (del griego antiguo ὀμφαλός omphalós, 'ombligo') es un antiguo betilo o artefacto pétreo de uso religioso originario del ádyton del oráculo de Delfos, en la Antigua Grecia. Según la mitología, sería la piedra (según algunas versiones, la misma que su padre Crono había engullido en su lugar) dejada por Zeus en el centro (ombligo) del mundo.

 

 

El ónfalo es la piedra con la que Rea engañó a Crono, creyendo que a quien devoraba era a Zeus. Ésta fue lo primero que "vomitó" y Zeus la colocó en Delfos porque era el "ombligo" del mundo. ὀμφαλός significa precisamente eso.

 

 

La Piedra Negra de la Kaaba en La Meca.

 

 

La Piedra Negra (llamada الحجر الأسود, al-Hayar-ul-Aswad en árabe) es una reliquia musulmana, que según la tradición islámica se remonta a los tiempos de Adam (Adán) y Hawa (Eva). Es considerada por los musulmanes como una piedra del Paraíso.

 

La Roca del destino: La Roca que corona reyes.

 

 

La piedra sagrada Benben.

 

 

Egipto: la piedra sagrada que creó pirámides, obeliscos y al Fénix.

Las pirámides, obeliscos e incluso el Fénix, fueron originados por la sagrada piedra Benben, venerada en el templo Solar de Heliópolis.

 

La Roca Sagrada de Machupicchu.

 

 

La Roca Sagrada de Machu Picchu es una de las construcciones más enigmáticas de Machu Picchu. Se encuentra a unos pasos de la puerta de ingreso a la montaña Huayna Picchu. Destaca del resto de rocas de la ciudadela por su tamaño: 3 metros de altura sobre una base de 7 metros. También porque se encuentra en un espacio ceremonial donde se realizaban rituales religiosos. Los turistas creen que al poner las manos sobre esta roca uno se llena de energía.

Machu Picchu es reconocido como un lugar especial donde uno puede llenarse de energía. Esta última construcción fue un sitio de culto inca. Se cree que al acercar la mano se puede recibir la energía de las montañas, consideradas seres sagrados por los incas. Hoy en día está prohibido tocar la roca, sólo se permite acercar las manos.

 

 

La Roca Saywite: El oráculo Inca del agua.

 

 

En el Perú, departamento de Abancay, distrito de Curahuasi, camino hacia el ombligo del mundo, la ciudad imperial del Cusco, a 3500 mts, en medio de cuatro templos incas: el Rumihuasi, el Chincana, Intihuatana, Pillijchu y el Concacha, la enigmática Piedra de Saywite, se erige como el gran otrora oráculo del agua al que los Sapas Incas acudían para ver su destino y el futuro del imperio.

Con el Willaq Umu (en quechua: el sumo sacerdote, el que tiene la última palabra), el Sapa Inca consultaba al dios Viracocha, a los Apus, a todos los dioses, sobre hechos y fenómenos que los seres humanos no podían descifrar ni su fuerza y sabiduría controlar y dominar.

La paz, la guerra, la muerte, la vida, la alegría, el sufrimiento, la desgracia, la hambruna, las pestes, el clima, la lluvia, la cosecha o el destino de un pueblo, eran puestos a la vista y oídos del Inca, su panaca real, consejeros y militares, a través de esa inmensa escultura monolítica, para la mejor toma de decisiones en bien del reino de los Cuatro Suyos.

Las visiones, presagios y augurios se materializaban unas veces, con agua, otras con chicha (la bebida de maíz de los dioses), y muchas veces con sangre de sacrificios humanos o de animales, discurriendo entre vericuetos y más de 200 símbolos, figuras, dibujos, surcos y perforaciones en la piedra sagrada de Saywite, de 2 y medio metros de altura, 11 metros de circunferencia mayor y 8 de circunferencia menor, extraído del corazón de un Apu, espíritu de la montaña.

Toda la cosmografía inca sobre el agua, el medio ambiente, la tierra, la biodiversidad y su relación con los dioses y el reino de los incas, está resumida en esta escultura con piedra volcánica que no se sabe quién la esculpió. Allí se registra resumida y pétreamente la ciencia, la tecnología y la arquitectura urbana, la ingeniería hidráulica y la gestión del agua, la agricultura, los animales y las deidades antromorfas que gobiernan el mundo.

Las cumbres, las cabeceras de cuenca, ríos, lagos, puquiales, cascadas, bajo la guardianía con tintes eróticos de parejas macho-hembra de animales, se mezcla con redes de agua para el abastecimiento de la casa imperial, templos, edificios, plazas públicas, viviendas, canales, acueductos, túneles, cultivos, reservorios, que a su vez se fusionan con figuras fitomorfas, zoomorfas y antropomorfas, y la descripción de las tres regiones del Perú a través de animales oriundos: costa (peces, cangrejo, pelicano, camarón, pulpo, etc.), sierra (llama, rana, puma, cóndor, serpiente, lagartija, araña, etc.) y selva (jaguar, tigrillo, mono, etc.)

 

El agua: la vida, la prosperidad, la abundancia y el futuro; la chicha: la abundancia de alimentos, el poder y la fortaleza; y la sangre: los malos tiempos, la desgracia y el sufrimiento, iban definiendo según su recorrido, empozamiento o ausencia en los laberintos de la Piedra de Saywitte, las respuestas a las interrogantes, miedos, temores y esperanzas del inca, hasta caer el líquido al suelo, a la tierra, a la Pachamama, último destino de todas las cosas. No era una cuestión de suerte, sino de fe en el oráculo del agua.

 

El Lapis Niger (piedra negra).

 

Uno de sus descubrimientos más destacados en el Foro es el Lapis Niger (piedra negra en latín), un antiguo santuario en el que se encontró una de las primeras inscripciones en latín conocidas, datada entre 570 y 550 a.C. Este santuario, aunque considerado un espacio sagrado, era todo un misterio para los propios romanos ya en época de Julio César. Formaba parte del antiguo Comitium (comicio), el espacio de reunión público de la asamblea curiada situado en la esquina noroeste del Foro. Lo realmente interesante era lo que cubría, pues debajo, a un metro y medio de profundidad, Boni halló la citada inscripción y una antigua tumba que, como decíamos, ya en tiempos de César los romanos habían olvidado a quién pertenecía.

 

 

La piedra de Jacob.
La Piedra de Jacob es mencionada incidentalmente en el libro bíblico del Génesis como la piedra que sirvió de almohada al patriarca hebreo Jacob en el lugar llamado más tarde Bethel. Según la Biblia, Jacob tuvo una visión mientras dormía sobre la piedra, a saber: una escalera que subía hasta la morada de Dios.

 

La Piedra Negra de Pesinunte, asociada al culto de la diosa Cibeles.

 

 

Las Rocas Oráculos de Delfos y Dodona en Grecia.

 

 

Las Rocas Sagradas de Hunza o Haldeikish. 

 

 

El espíritu de la verdad eterna Rubén Lòpez.