La separación de los opuestos del bien y del mal.
 
El bien y el mal son dos principios opuestos. El bien debe prevalecer y el mal debe ser derrotado.
 
El filósofo Zoroastro uno de los dioses iraníes enseñaba que había dos fuerzas opuestas: Ahura Mazda (Sabiduría Iluminadora) y Angra Mainyu (Espíritu Destructivo), que estaban en conflicto.
 
Esta idea se convirtió en una religión la cual abrazaba una creencia dualista de que se debía evitar el mundo material y abrazar el mundo espiritual. De igual forma pensaban los cataros. Y Jesús de Nazaret cuando decía que se debe de vivir desde el espíritu y no desde la carne material para obtener la salvación.
 
Según la definición clásica de Agustín de Hipona, el mal o el pecado es "una palabra, obra o deseo en oposición a la ley eterna de Dios. El bien conduce hacia la santidad y el mal hacia la condenación.
 
Existen muchas opiniones diferentes sobre el origen del mal. (por ejemplo, "La caída del hombre"). O la existencia del libre albedrío humano. O también la ignorancia de la verdad eterna espiritual. El mal es una oposición a Dios.
 
1 Timoteo 6 :10 Dice: "Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males. Jesús enseña que para volver a Dios se deben dejar las riquezas materiales.
 
La mayoría de la gente dirá que la violación, el asesinato y la tortura son malos. Sin embargo, las mismas personas compran gustosamente los productos de una industria que tortura y asesina a millones de animales cada día. La industria cárnica es pura maldad.
 
“El que permite el sacrificio de un animal, el que lo descuartiza, el que lo mata, el que compra o vende su carne, el que la cocina, el que la sirve y el que se la come, todos deben ser considerados como los asesinos de los animales. Están obrando el mal.
 
Todos los creyentes religiosos que son cómplices de un dios sanguinario, asesino y genocida, están obrando el mal por ser compinches de una entidad malvada, maligna y perversa. Al cual llaman: "papito dios". Por lo regular las personas espirituales son buenas, mientras que las personas mentales son malas.
 
Uno de los mandamientos dice: "No matarás" Pero el dios que ordena dicho mandamiento si puede matar y cometer grandes genocidios humanos. El mandamiento dice: "No matarás" Pero las personas quienes hacen las guerras en donde matan a millones de personas inocentes, afirman ser creyentes del mismo "dios" que ordena no matar.
 
En el mundo hay muchas personas que desarrollan una conciencia muy mala, codiciosa y egoísta basada en el control y el engaño. Son la causa del gran sufrimiento de los demás seres humanos para satisfacer sus propios deseos internos que a menudo quedan ocultos tras camuflajes como la caridad, la bondad y la compasión.
 
¿Es correcto matar para defender nuestra propia vida? ¿Es correcto matar a alguien para salvar a otra persona?  Es difícil determinar qué está bien y qué está mal. Para que este mundo lleno de codicia, crueldades, matanzas e injusticias pueda estar en paz, es necesario que se transformen todos los malvados y hacederes del mal. De lo contrario les vendrá la muerte y la destrucción. No porque Dios lo quiera así, ellos mismos se labraron su propio destino y se matarán entre ellos mismos.
 
Cuando hay conflictos bélicos entre dos países, cada uno de los bandos dicen: Nosotros somos los buenos y ellos son los malos.
 
Por lo tanto, nadie puede ser 100% bueno o 100% malo. Si una persona mata a un delincuente con el fin de salvar a su familia: ¿Esta persona es mala? El concepto del bien y del mal debe de ser muy bien interpretado. La existencia del mal en un mundo creado por un Dios misericordioso y amoroso nos deja mucho en que pensar. 

 

¿Los seres humanos nacen buenos o malos? 
 
¿Qué hace que una persona sea buena o mala?
 
Por lo regular todos los seres humanos nacemos buenos, pero es la misma civilización la que nos vuelve codiciosos, injustos y malvados. 
 
Sin la codicia hacia las riquezas materiales, en este mundo dejarían de existir muchas personas malas, perversas, malvadas e injustas.
 
Nuestra naturaleza es inherentemente buena. Nacemos con la capacidad de distinguir el bien del mal. Pero no estamos exentos de actuar de forma violenta o egoísta. No somos ni buenos ni malos, sino ambos. El bien y el mal son dos caras de la misma moneda. La lucha entre el bien y el mal provoca más violencia. La dualidad mental divide a los seres humanos.
 
Por otro lado, también pensamos que los niños nacen buenos e inocentes. Y que es el mundo el que los corrompe en la medida en que van creciendo. Esto no es del todo cierto, hay niños que son malvados y egoístas sin que nadie se lo enseñara. 
 
Un hombre que declara explícitamente que la raza aria es superior y debe gobernar el planeta y luego procede a matar sistemáticamente a personas de otras razas es un hombre malvado. Hitler fue un niño y nació para ser malvado.
 
Los seres humanos son inherentemente malos. Pero existen grados de maldad en cada ser humano. Cada individuo en el planeta lucha contra el mal. Malos pensamientos, malas palabras o malas acciones. Simplemente mucha gente no quiere admitirlo. A los seres humanos no les gusta creer que son inherentemente malos. Les hace sentirse mal consigo mismos. Así que se engañan a sí mismos o se mienten a sí mismos e inflan sus egos pensando que son buenas personas basándose en sus acciones o siguiendo las reglas.
 
Todos los seres humanos nacen con una naturaleza pecaminosa. La naturaleza pecaminosa es una inclinación natural a ser malo. Podemos tratar de reprimir nuestro impulso de hacer cosas malas, etc., pero debajo está el intento de nuestra propia justicia propia.
 
La raíz de todo mal es la codicia, el engaño y el orgullo. Muchas personas aparentan ser muy buenas y amables. Pero realmente nadie sabe los pensamientos malvados que tienen algunos seres humanos.

 

Revelación escrita por el espíritu de la verdad eterna Rubén Lòpez.