La salvación y la vida eterna prometida por Jesús de Nazaret.

 

Soy cristiano primitivo original. Por lo tanto no soy ni católico, ni judío, ni islamista, como tampoco protestante.

 

Está muy claro que para obtener la vida eterna se debe de creer tan sólo en lo dicho por Jesús. El tema central de la doctrina de la salvación predicada por Jesús de Nazaret es la vida eterna. 

 

En este momento estamos vivos, respiramos, nos movemos o trabajamos. Puede ser que vivamos cómodamente o que vivamos en la miseria. El sol sale y se pone. En muchos lugares están naciendo muchos bebés, y a la vez, siempre hay muchas personas que se están muriendo. Por lo tanto: ¿Estamos nosotros seguros que después de la muerte tenemos garantizada la vida eterna según nuestras buenas acciones?  ¿o por el contrario lo que tenemos garantizada es la perdición eterna por no llevar a la práctica los requisitos necesarios que hacen posible que tengamos la vida eterna garantizada? 

 

Para poder tener garantizada la vida eterna, primero debemos de ser salvos. Los siguientes versículos se refieren al tema de la salvación para poder tener la vida eterna. 

 

Hechos 4:12

De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos. 

 

Mateo 18:11

Porque el hijo del hombre ha venido a salvar lo que se había perdido. 

 

Juan 3:17

Porque Dios no envió a su hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El. 

 

1 corintios 6:9-10

¿No saben que los malvados no heredarán el reino eterno de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los codiciosos, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino eterno de Dios. 

 

Tito 2:11-12

En verdad, Dios ha manifestado a toda la humanidad su gracia, la cual trae salvación y nos enseña a rechazar la impiedad y las pasiones mundanas- Así podremos vivir en este mundo con justicia, piedad y dominio propio.

 

¿Quiénes tienen garantizada la vida eterna después de la muerte?

 

Con lo que se ha podido comprender hasta el momento, la vida eterna la obtienen tan solo las personas que creen en el mensaje predicado por Jesús de Nazaret, El Cristo y Mesías Salvador. 

 

¿Qué cosa es la vida eterna? 

 

La vida después de la muerte no es sinónimo de vida eterna. Hay una gran diferencia entre lo que significa la vida eterna y la perdición en el lago de fuego llamado el hades, la muerte o el inframundo. De esto es que se trata el mensaje central de Jesús de Nazaret cuando dijo que se debe vencer a la muerte para poder ser salvos, y esto tan solo se consigue venciendo las tentaciones de este mundo, las riquezas materiales y toda clase de apegos. 

 

Marcos 10:29-31

Jesús dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, o riquezas materiales, por causa de mí y del evangelio que tengan garantizada la vida eterna. Los primeros serán últimos, y los últimos serán primero. 

 

Es muy distinta la experiencia de tener descanso en la vida eterna, que tener que sufrir de manera indefinida el tormento, después de la muerte. 

 

La diferencia entre estos dos estados tiene que ver con la verdadera vida espiritual, con el bien y con el mal, con la luz y las tinieblas. 

 

Tan solo hay dos grupos de personas en este mundo: 

Los que están físicamente vivos, pero espiritualmente muertos debido a sus delitos y pecados, y los que están física y espiritualmente vivos gracias al mensaje de la salvación predicado por Jesús de Nazaret. Estos últimos jamás morirán porque siempre han sido eternos. 

 

La vida eterna es mucho más que la vida fantasmagórica después de la muerte. Vivir de manera eterna significa conocer a Dios. Si no conocemos a Dios, no estamos realmente vivos. Vivimos espiritualmente y morimos debido a los pecados. Y tan solo llegamos al Padre y conocemos a Dios, a través de Jesús de Nazaret. 

 

A nivel bíblico la vida eterna es la continuación de la vida después de la muerte, o comienza con la segunda venida de Jesús y la resurrección de los muertos, cosas no son en su totalidad ciertas. La vida eterna la consideran los creyentes como una experiencia futura, ignorando el evangelio de Juan que dice que la vida eterna es una "posesión presente". La vida eterna no es futurista, es algo que pertenece al presente. Según el apóstol Juan, los que aceptan el mensaje de Jesús, tienen la vida eterna "aquí y ahora mismo", pues han pasado de la muerte a la vida. 

 

Juan 5:24

Jesús dijo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna, y no viene a juicio, sino que ha pasado de muerte a vida.  

La vida espiritual es sinónimo de la vida eterna. La vida espiritual es sinónimo de amarse los unos a los otros, la vida eterna es la predica central de Jesús de Nazaret. La salvación consiste en dejar todas las cosas de este mundo. La codicia, los apegos y el pecado en general son el obstáculo para tener la vida eterna. Estar en el espíritu, vivir en el espíritu y pensar con el espíritu es lo que garantiza la vida eterna. 

Juan 3:16

 

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha gado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. 

 

Gálatas 6:8

El que siembra para el espíritu, del espíritu cosechará la vida eterna. 

 

Marcos 8:35

El que pierda su vida por mí y por el evangelio, la salvará. 

 

Juan 12:25

El que aborrece su vida en este mundo la guardará para la vida eterna. 

Queda muy claro que la vida eterna es muy diferente a la vida infinita en los cielos o en el infierno después de la muerte. 

 

La vida eterna es muy diferente a la vida física, material o humana.  

Todos nosotros tenemos vida humana, pero no todos tenemos vida espiritual eterna. Algunas personas poseen vida eterna, otras no. 

 

Juan 5:40

Examináis las escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; pero ellas tan solo dan testimonio de mí; pero no queréis venir a mí para que tengáis la vida eterna. 

 

La vida eterna es algo que se tiene en el presente y no es algo para ganar en el futuro en unos supuestos cielos después de la muerte. Dios ya ha dado la vida eterna, la vida eterna no es algo que comienza cuando morimos; no debemos de esperar hasta morir para tener una vida espiritual eterna.   

 

Hay dos cosas que se pueden hacer: creer en que somos eternos a nivel espiritual, o no creer en dicha eternidad. 

 

La vida eterna tan solo se encuentra en las enseñanzas de Jesús de Nazaret. La vida eterna no está en la religión, en las misas o sermones, ni en los ángeles del cielo, ni en ningún líder religioso. Jesús de Nazaret es el depositario de la vida eterna. Para poseer la vida eterna se debe de tener a Cristo en nuestras vidas. Quienes no son espirituales no tienen la vida eterna: Están muertos en vida. 

 

¿Todos van al mismo lugar después de la muerte, o vamos a diferentes lugares?  

 

El hecho de que haya vida después de la muerte, esto no significa que todas las personas fallecidas tengan garantizada la vida eterna. La eternidad es una cosa muy distinta a los cielos físicos que hacen parte de la creación. Cada persona tiene que hacer ciertos sacrificios para tener garantizada la vida eterna y no es otra cosa que vencer las cosas de este mundo. Una cosa es la inmortalidad del alma y otra cosa muy distinta es la eternidad del espíritu. 

 

El reino eterno después de la muerte.   

 

Antes de nacer, nosotros los seres humanos a nivel espiritual siempre hemos sido eternos, y después de la muerte continuaremos siendo  eternos.   

 

Los seres humanos a nivel espiritual siempre estamos viviendo un eterno presente. 

  

¿Qué pasa cuando morimos?  

 

Cuando morimos, el cuerpo vuelve al polvo, nuestra alma se separa del cuerpo en calidad de un cuerpo energético fantasmal que continuará  con vida en el más allá, mientras que el espíritu que es eterno, vuelve al Padre que es eterno.   

Aunque el cuerpo muera, y aunque el alma se separe del cuerpo, la esencia espiritual de lo que somos continuará siendo eterna.  

 

El cuerpo vuelve a la tierra, el alma ya separada del cuerpo va al reino del inframundo de las almas desencarnadas, y el espíritu continuará  viviendo un eterno presente en el reino de Dios. La eternidad no queda en un lugar específico, la eternidad es la esencia de toda la creación.   

Dios no vive en los cielos, la vida eterna prometida por Jesús de Nazaret no queda en unos cielos físicos que hacen parte de la creación.  

 

¿Será posible que la parte espiritual a la cual llaman alma, pueda llegar intacta con sus recuerdos energéticos a un lugar increado llamado: la eternidad? 

 

Esto, no es posible debido a que se suele confundir lo que es el alma y lo que es el espíritu, que son dos cosas bien distintas. El Espíritu es  esencia, es vacío, es eternidad, mientras que el alma es un cuerpo energético memorial, es la misma mente, es el mismo intelecto o el ego  humano.   

 

Cuando no se comprende que cosa es la eternidad, es cuando sí se le debería de temer a la muerte. Desde que se nace hasta que se muere, el  mundo materialista y consumista que conocemos, crea una identidad falsa energética en los seres humanos a lo cual llaman mente o alma  que es distinto a cuando se vive una vida espiritual desapegada. En la vivencia de cada persona se registra en calidad de memoria

 energética el historial de lo que fue nuestra experiencia terrenal, dicha memoria y en calidad de cuerpo energético fantasmal será la que  continuará con vida después de la muerte.   

 

Jesús de Nazaret decía: dejad todas las cosas de este mundo si quieren ser salvos. 

     

En dos mil años después de las enseñanzas originales de Jesús de Nazaret, los distintos creyentes no han podido aún comprender el verdadero  mensaje de la salvación que conduce hacia la verdadera vida eterna.

 

Los cielos no son la eternidad, es falso que las personas cuando se  mueren, van a ser eternos en un lugar llamado cielos que no son eternos pues se trata de una creación física que tiene un principio

como también tendrá un final, igual que le sucede a la vida orgánica o biológica.     

 

Hay dos posibles lugares para donde se puede ir la parte espiritual relacionada al alma, la mente y el intelecto humano, y la relacionada al  espíritu esencial. Después de que haya muerto el cuerpo físico no todas las personas tienen el mismo destino, cuando mueren las personas,

 

 que son codiciosas y apegadas a todas las cosas materiales de este mundo su destino es quedar en calidad de un cuerpo energético fantasmal  en otros planos, mundos o dimensiones a los cuales llaman cielos, mientras que las personas espirituales desapegadas van al reino eterno  predicado por Jesús de Nazaret.   

 

El no atender el verdadero mensaje de la salvación eterna predicado por Jesús de Nazaret que consiste en dejar todas las cosas de este  mundo, es muy peligroso debido a que el apego material hacia las cosas que ofrece este mundo, edifica una falsa identidad espiritual en cada  ser humano en calidad de cuerpo energético que es el que continuará con vida después de la muerte.    

 

¿Pero por qué motivo Jesús de Nazaret decía estas cosas que no fueron comprendidas en dos mil años de cristianismo?   

     

Si no se logran vencer las cosas materiales del mundo, entonces no se logra tampoco destruir la falsa identidad espiritual que gobierna a cada  ser humano sobre el planeta tierra debido a las mentiras y engaños religiosos, políticos y culturales, esta falsa vida espiritual es creada por las

 religiones al servicio de entidades oscuras energéticas que se alimentan del cuerpo mental energético de las personas a través de los  pensamientos y las acciones equivocadas basadas en emociones, deseos y pasiones, la verdadera vida espiritual es todo lo contrario a lo que  les han enseñado, la verdadera espiritualidad que conduce hacia la vida eterna es un vacío absoluto de mundo y de religiosidad, es  un vacío de adoctrinamiento, de dogmas y es un vacío absoluto de cuerpos energéticos mentales.     

 

Cuando Jesús dice que se deben de dejar todas las cosas de este mundo para poder ser salvos, significa el realizar el mayor esfuerzo por  liberarse del cuerpo energético que se ha construido con el transcurrir de los años y que el ser humano cree que es su verdadera identidad,  esta falsa identidad espiritual es la que esclaviza y es la que conduce hacia la perdición.  

 

El deseo de cualquier persona es el que cuando le llegue el momento de dejar este mundo, tenga que desprenderse del mundo biológico para  ir a un lugar no orgánico, no biológico, en donde vaya a tener descanso eterno, sin tener que llevarse para la otra vida los recuerdos y  vivencias de este mundo material.      

 

¿Están ustedes seguros que cuando se mueran se va a ir al lugar eterno tan anhelado y prometido por Jesús, o por el contrario van a ir es a  parar a un lugar muy tenebroso lleno de dolor, sufrimiento y de tinieblas energéticas que no los dejaran descansar en ningún instante al cual  llaman cielos?  

    

Si no logran dejar las cosas de este mundo,  tampoco habrán podido destruir al viejo hombre, por lo tanto no podrán ir de regreso al verdadero  origen espiritual de donde vinieron, es así de sencillo, el sentido de la vida orgánica biológica del ser humano, consiste en comprender en  profundidad lo que es el descanso eterno, pero con lo que se van a encontrar es con un mundo fantasmagórico muy terrible, pues  el haberse llevado la memoria de este mundo impregnada en el cuerpo espiritual energético al cual llaman alma, los hará creer que a

aún no han muerto, esto es peor que cualquier tipo de sufrimiento que haya experimentado cualquier ser humano sobre el planeta tierra.   

 

La buena noticia es que, si se atiende al verdadero mensaje de la salvación eterna, entonces si van a poder encontrar el verdadero descanso  después de la muerte, por lo tanto, no van a quedar en calidad de fantasmas o de entidades demoníacas energéticas, sino que van de regreso

 al verdadero origen, debido a que lograron destruir el cuerpo energético edificado en este mundo.     

 

Los cielos son energéticos al igual que los es el cuerpo energético de los seres humanos. del cielo caen centellas y relámpagos, por lo tanto, los  cielos no son no espirituales ni son eternos, allí, en aquel lugar llamado cielos, no vive ningún Dios espiritual eterno.       

 

Quienes aún se aferren a la idea o a la creencia de que después de la muerte su alma se va a ir para unos cielos para encontrarse con Dios  eterno y con sus ángeles que tienen alas y tienen forma humana están muy equivocados porque con quienes se van a encontrar es con las  almas de sus familiares ya fallecidos y con cientos de miles de otras almas desencarnadas que no se encontraban gozando de una vida eterna  en ningunos cielos al lado del creador.  

 

 

Revelación escrita por el espíritu de la verdad eterna Rubén Lòpez.

 

Cristo El Mesías.
 
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