La convicción celular. 

 

¿Qué es la convicción celular?  Es cuando sabemos con certeza que podemos lograr en la vida cualquier cosa que nos propongamos hacer sin hacerle daño a nadie; Y mucho menos destruir la madre naturaleza a cambio de riquezas materiales. La convicción celular es cuando sentimos en nuestro propio cuerpo, que podemos realizar cualquier cosa por la cual estemos luchando, a pesar de nuestro pasado, o a pesar de las circunstancias negativas que estemos atravesando. Sentimos o tenemos el convencimiento de que pase lo que pase saldremos adelante, aunque no sepamos el cómo. Es la verdad de lo que sentimos y pensamos. 

 

La convicción celular va mucho más lejos de lo que es el sistema de conciencia mental o el intelecto humano. Va mucho más lejos de la fe religiosa ciega. Cada ser humano tiene dos fuentes, o dos naturalezas: una parte espiritual y una parte mental. Vivir desde la convicción celular significa que tenemos que aprender a vivir desde nuestro ser interior, no permitiendo ser gobernados por el sistema de conciencia mental, ni por las distintas creencias religiosas o ideologías políticas. 

 

Los seres humanos por lo regular vivimos una vida de falsa identidad debido a la alteración genética efectuada en los episodios del Jardín del Edén. El libre albedrío es un sistema mental de falsa identidad inculcado por las religiones. Vivir con la convicción celular es vivir desde el espíritu, es vivir desde la unidad y no desde la dualidad mental o el libre albedrío.  

Vivir desde la convicción celular es aprender a confiar en nosotros mismos, en nuestro propio espíritu. Es permitir ser guiados por nuestras intuiciones internas. Es ser intuitivos y no mentales. La creación original es la de un reino celular de unidad y no el de una dualidad mental.

 

Jesús de Nazaret se refería a la creación celular cuando decía que el Espíritu Santo habitaba en cada ser humano, y que dicho cuerpo celular era el templo sagrado del Espíritu Santo de su Padre.  

La edificación del templo del Espíritu Santo comienza con la convicción celular de que somos entidades espirituales de unidad y no entidades mentales energéticas. El espíritu de la verdad eterna sabe cosas que el resto de la humanidad no conoce y es por este motivo que las está revelando para que muchas personas puedan ser salvas. 

 

Dicho conocimiento y sabiduría viene a través de las células, por lo tanto, se trata de un conocimiento espiritual y no mental, como tampoco intelectual. La creación celular tiene una esencia, y dicha esencia es la vida espiritual de cada persona. Vivir bajo la convicción celular es vivir siendo guiados por nuestra esencia. La esencia espiritual celular es la fuente que nos conecta con el verdadero Dios y Creador. 

 

Por lo regular las personas buscan la evolución espiritual en los lugares equivocados. Van de un lugar a otro, pasan de una religión a otra, de una filosofía a otra, y mueren tratando de conseguir la verdad que los iría a ser salvos después de la muerte, ignorando que todas las respuestas se encontraban dentro de ellos mismos. 

Si Jesús de Nazaret dijo: ustedes son el templo vivo del Espíritu Santo, entonces estemos convencidos de que es asì y no de otra manera, el creer en lo dicho por Jesús de Nazaret para poder ser salvos es tener convicción celular y no fe ciega tonta y estúpida religiosa.

 

Debemos de buscar en la esencia de las células nuestra propia salvación, porque toda la creación espiritual se manifiesta a nivel celular. La vida espiritual celular es un sentir y no se trata de una creencia religiosa. 

 

No podemos decir que el Cristo Salvador o que el Espíritu Santo habita en nosotros si no se destruimos primero la falsa naturaleza mental basada en un par de opuestos. Y esto tan solo se consigue venciendo las cosas de este mundo, venciendo el apego, las tentaciones y los deseos hacia las cosas que ofrece este mundo consumista y materialista. 

 

 

 

Revelación escrita por el espíritu de la verdad eterna Rubén Lòpez.