Las enseñanzas originales de Jesús de Nazaret. 

 

La siguiente revelación fue escrita por el espíritu de la verdad eterna Rubén López.

 

Soy cristiano primitivo original. Por lo tanto no soy ni católico, ni judío, ni islamista, como tampoco protestante.

 

La misión de los 12 apóstoles de Jesús de Nazaret.   

 

Lucas 9: 1-5 

Habiendo reunido Jesús de Nazaret a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. 

 

Y los envió a predicar el reino eterno de Dios. Y les dijo: No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja, ni pan, ni llevéis dos túnicas.   

 

Mateo 10: 1-10 

Entonces llamando Jesús de Nazaret a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce apóstoles son estos: Primero Simón pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo por sobrenombre Tadeo, Simón el cananista, y Judas iscariote, el que también lo entregó.   

 

A estos doce envió Jesús de Nazaret, y les dio instrucciones muy precisas, diciendo: Id a predicad el reino eterno de Dios. No os proveáis de oro, ni de plata, ni cobre en vuestros cintos; ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento.   

La misión de los otros 70 discípulos de Jesús de Nazaret.   

 

Lucas 10: 1-4 

Después de estas cosas, Jesús de Nazaret, designó a otros setenta para que fueran a predicar el reino eterno de Dios, a quienes envió de dos en dos, y les decía: Id; he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias.   

 

Interpretación: Jesús de Nazaret les ordena a los primeros 12 apóstoles y luego a los otros 70 discípulos que se vayan a predicar el reino eterno de Dios de la manera más pobre y humilde, que no lleven maletas repletas de ropa para el camino, ni siquiera que lleven otra túnica de repuesto, como tampoco otro par de sandalias o calzado, les ordena que no llevan oro ni dinero alguno para el camino, y que ni siquiera lleven alimento alguno porque dicho alimento lo tendrán día a día.   

 

¿Están ustedes seguros que la élite muy rica y poderosa del vaticano son los sucesores de Pedro y del resto de los apóstoles y discípulos de Jesús de Nazaret?  

 

¿Están ustedes seguros que los líderes de las super mega iglesias cristianas protestantes muy ricos y poderosos son los sucesores de Pedro y del resto de los apóstoles y discípulos de Jesús de Nazaret?   

 

La misión de los 12 y de los otros 70 discípulos de Jesús de Nazaret era la de ir en medio de lobos, diciéndole a la elite rica y poderosa a nivel político, empresarial y religiosa: Vendan todas sus propiedades y repartan dicho dinero entre los más personas más pobres y necesitadas si desean la salvación, porque ningún rico tendrá la vida eterna.  

 

Tu eres Pedro y sobre esta edificaré mi iglesia.    

 

La confesión de Pedro.   

 

El apóstol Pedro proclama que Jesús es el Cristo.   

 

Mateo 16:13-20 

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: ¿Quién dice la gente que es el hijo del hombre? 

 

Ellos contestaron: "Unos que Juan bautista, otros que Elías, otros que Jeremías, o uno de los profetas" Él les preguntó: Y vosotros, ¿quién dice que soy yo? Simón Pedro tomó la palabra y dijo: Tu eres el Cristo, El Mesías, el hijo del Dios vivo. Jesús le respondió: ¡Dichoso tú, Simón, ¡hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado carne ni hueso, sino mi Padre que es eterno. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.   

 

La palabra "Pedro" en griego es "petros" mientras que "roca" es "petra"   

 

Es totalmente falso que los Papas sean los sucesores de Pedro. Es también falso que cuando Jesús le dice a Pedro: Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, se estaba refiriendo a la fundación terrenal de una iglesia llamada la iglesia católica apostólica romana dirigida por los distintos Papas desde el Vaticano.  

 

Es totalmente falso que los distintos líderes religiosos del protestantismo sean los sucesores de los apóstoles o discípulos de Jesús de Nazaret.   

 

El cristianismo original primitivo original no adulterado.   

 

El cristianismo comienza con las enseñanzas de Jesús.   

El judaísmo es una creencia y el cristianismo es otra creencia totalmente opuesta al judaísmo.  

 

El Cordero de Dios.   

 

Juan 1:29 

Juan el bautista vio a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.  

 

El que no nace de nuevo, no puede ver el reino eterno de Dios.  

 

Juan 3:3-15 

Jesús dijo: De cierto, de cierto os digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino eterno de Dios. El que no naciere del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 

 

Se debe de creer tan solo en lo dicho por Jesús para tener la vida eterna.   

 

Juan 3:14-21 

El hijo del hombre se ha manifestado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su hijo al mundo para condenar a los seres humanos, sino para que los seres humanos sean salvos por él.   

El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito de Dios. 

 

Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.   

 

El que cree en el hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

(Juan 3:36)  

 

Juan 4:13-14 

Jesús le respondió a la mujer Samaritana: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para la vida eterna.   

 

Juan 5:24-25 

Jesús dijo: De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida. De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.   

 

Juan 5:38-42 

Jesús dijo: Vosotros no tenéis la palabra del Padre, porque a quien él envió, vosotros no le queréis creer. No queréis venir a mí para que tengáis la vida eterna. Gloria de los hombres no recibo. Más yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ese recibiréis.   

 

Juan 6:27.29 

Jesús dijo: Trabajad no por la comida que perece, sino por la comida que da vida eterna y permanece, la cual el hijo del hombre os dará; porque a este señaló Dios el padre. Entonces las personas que lo escuchaban le dijeron: ¿Que debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús: Esta es la obra de Dios, que le creáis a quien él ha enviado.   

 

Juan 6:35-40 

Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mi viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Más os he dicho, que, aunque me habéis visto, no queréis creer. Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Porque no he venido para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que Todo aquel que ve al hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.   

 

Juan 6:47-48 

De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida. Yo soy el pan del que de él come, no morirá. Yo soy el pan vivo, si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.   

 

Juan 6:63.64 

Jesús dijo: El espíritu es el que da vida; la carne para nada para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Pero hay algunos de vosotros que no creen. 

   

Juan 6:68-70 

Simón Pedro dijo: Señor, tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente. Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros el hijo del diablo? Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque este era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.   

 

Juan 7:37.39

Jesús dijo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto lo dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él.    

 

Juan 8:12 

Jesús les habló diciendo: Yo soy la luz del mundo, el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida eterna.  

 

Juan 8:31-32 

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos. y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. 

  

Juan 8:38-47 

Sois hijos de vuestro padre el diablo.  

Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre el diablo.  

 

Jesús les dijo a los judíos que lo irían a matar: Ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; pero vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra.   

 

Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida y genocida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de lo suyo habla; es que es un mentiroso, es el padre de la mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad. ¿Por qué vosotros no me creéis? El que es de Dios, las palabras de Dios oyen; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.  

 

Juan 8:49-51-54 

Jesús dijo: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis. Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca y juzga. De cierto de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá la muerte. Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica.  

Juan 11:27 

Jesús dijo: Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. Marta le dijo: Yo he creído que tú eres el Cristo, el hijo de dios que has venido al mundo.   

 

Juan 12:25-26 

Jesús dijo: El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere mi Padre le honrará.    

 

Juan 12:44-50 

Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el Padre que me envió. Y el que me ve, ve al que me envió. Yo la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará el en día postrero. Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio el mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo habló, lo hablo como el padre me lo ha dicho. 

 

Juan 17:1-26 

Estas cosas dijo Jesús poco tiempo antes de su muerte: Padre, la hora ha llegado: glorifica a tu hijo, para que también tu hijo te glorifique a ti: como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesús, a quien has enviado. Yo te he glorificado en la tierra: he acabado la obra que me diste que hiciese. Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese creado.  

 

He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste, y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.    

Yo ruego por ellos, no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. Y ya no estoy en el mundo; más estos están en el mundo, y yo voy a tì Padre Santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.    

 

Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me disté, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de la perdición. Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.   

 

Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.   

Más no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.  

  

La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.    

 

Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, este en ellos, y yo en ellos.  

 

Juan 18:36-37 

Jesús dijo: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de verdad, oye mi voz.    

 

Jesús es el camino al Padre eterno.   

 

Juan 14:1-31 

Jesús dijo: No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay, si así no fuera, yo os lo hubiera dicho: voy, pues a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas: ¿cómo podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais, y desde ahora le conocéis, y le has visto.    

 

Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.   

 

De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre. El espíritu e verdad al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará con vosotros.   

 

No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.   

 

Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿Cómo es que te manifestarás a nosotros y no al mundo? Respondió Jesús: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Os he dicho estas cosas estando con vosotros. Mas, el Consolador, el espíritu Santo, a quien el padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.   

 

La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amaráis, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al padre; porque el Padre es mayor que yo. Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis. No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí. Más para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó.    

 

 Dios es espíritu y busca adoradores de espíritu y de verdad.   

 

Juan 4:23-24 

Jesús dijo: Mas la hora viene, y ahora es cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca de tales adoradores para que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoren, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.  

 

El hijo hace las mismas cosas que el Padre que le envió.    

 

Juan 5:19-23 

Jesús dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el hijo hacer nada por sì mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el hijo de la misma manera. Porque el Padre ama al hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis. Porque, así como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el hijo a los que quiere les da vida. Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al hijo. Para que todos honren al hijo como honran al Padre. El que no honra al hijo, no honra al Padre que le envió.    

 

Juan 5:36-37 

Jesús dijo: Yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el padre que me ha enviado. También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis iodo su voz, ni habéis visto su aspecto.  

 

Juan 7:17-18 

Jesús les dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta. El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, este es verdadero, y no hay en él injusticia.    

 

Juan 7:28-34 

A mí me conocéis, y sabéis de donde soy: y no he venido de mí mismo, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis. Pero yo le conozco, porque de él procedo, y él me envió. Jesús dijo: Todavía un poco de tiempo estaré con vosotros, e iré al que me envió.  

 

Me buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir.   

 

Juan 8:14-18 Jesús dijo: Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido ya donde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo, ni a donde voy. Vosotros juzgáis según la carne, yo no juzgo a nadie. Y si yo no juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre. Yo soy el que da testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí.    

 

Juan 8:21-32 

Otra vez Jesús les dijo: Yo me voy, y me buscaréis, pero en vuestro pecado moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis venir. Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis. Lo que desde el principio os he dicho. Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envió es verdadero; y yo, lo que he oído de él, esto es lo que hablo al mundo. Pero no entendieron que les hablaba del Padre. Les dijo, pues, Jesús: Cuando halláis levantado al hijo del hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo. Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada. Hablando Jesús estas cosas, muchos creyeron en él.    

 

Juan 9:4 

Jesús dijo: Me es necesario hacer las obras del Padre que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Entre tanto que estoy en e mundo, luz soy del mundo.  

 

La salvación y la condenación.   

 

Juan 5:29 

Jesús dijo: Los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. 

 

No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.   

 

Juan 7:7 

No puede el mundo aborreceros a vosotros; más a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.   

 

Juan 8:34 

Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo del pecado es. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo si queda para siempre. Así que, si el hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.   

 

Juan 9:39 

Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.   

 

Juan 11:9-10 

Jesús dijo: ¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo. Pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él.   

 

Juan 12:31 

Jesús dijo: Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.    

 

Juan 12:35-36 

Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis la luz, para que no os sorprendan las tinieblas, porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va. Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de la luz.  

 

Jesús: El buen Pastor.   

Juan 10:1-18 

Jesús dijo: De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ese es ladrón y salteador. Más el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A este abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Más al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.   

 

Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, son ladrones y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entra, será salvo: y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor: el buen pastor que da su vida por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quienes no son propias las ovejas, ve venir el lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata a las ovejas, y las dispersa.   

 

Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz: y habrá un rebaño, y un pastor. Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.   

 

Juan 10:24-30 

Los judíos rodearon a Jesús y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis: las obras que yo hago en nombre de mi Padre, dan testimonio de mí, pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y me siguen, y yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos. Aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.   

 

La humildad del maestro Jesús.    

 

Juan 13:12-20 

Después de que Jesús les lavó los pies a sus discípulos, este les dijo: Vosotros me llamáis maestro, y Señor: y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo s he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que el Padre que le envió. Si sabéis estas cosas, bienaventurados, seréis si las hiciereis.   

 

El nuevo mandamiento dejado por Jesús.   

 

Juan 13:36 

Jesús dijo poco tiempo antes de su muerte: Ahora es glorificado el hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, Dios le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará. Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis como dije a los judíos, así os digo a vosotros: A donde yo voy, vosotros podéis ir. Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.  

 

Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿A dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; más me seguirás después.  

 

Jesús es la vid verdadera.   

 

Juan 15:1-17 

Jesús dijo: Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.  

 

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis mis discípulos. Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si guardaréis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.   

 

Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. Esto os mando: Que os améis unos a otros.    

 

Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo, pero porque no soy del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Más todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado. Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.   

 

La llegada del Espíritu de verdad.  

 

Juan 15:18-27 

El que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece. Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado: pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre. Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.   

 

Juan 16:1-16 

Estas cosas os he hablado, para que no tengáis tropiezo. Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho.   

 

Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros. Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.   

 

Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre. 

 

Revelación escrita por el espíritu de la verdad eterna Rubén Lòpez.