Revelación escrita por el espìritu de la verdad eterna Rubèn Lòpez.
Soy cristiano primitivo original. Por lo tanto no soy ni católico, ni judío, ni islamista, como tampoco protestante.
La serpiente no fue la culpable de la caída de Adán Y Eva.
La revelación que Adán enseñó a su hijo Set en el año setecientos, diciendo: Escucha mis palabras, hijo mío Set. Cuando Dios me creó de la tierra junto con tu madre Eva, anduve con ella en una gloria que ella vio en el reino eterno del cual venimos. Ella me enseñó el conocimiento del Dios eterno. Y nos parecíamos a los grandes ángeles eternos, porque éramos superiores al dios que nos creó y a los poderes que están con él, a quienes no conocíamos.
Dios, el gobernante de los reinos y los poderes, nos dividió en ira y luego nos convertimos en dos seres. Y la gloria en nuestros corazones nos dejó, a mí y a tu madre Eva, junto con el primer conocimiento que respiró en nosotros. Y la gloria huyó de nosotros y entró en otro gran reino. Tu madre Eva y yo no venimos de este reino. Pero el conocimiento entró en la semilla de los grandes seres eternos. Por eso yo mismo os he llamado con el nombre de aquella persona que es semilla de la gran generación o de su predecesora. Después de esos días, el conocimiento eterno del Dios de la verdad se retiró de mí y de tu madre Eva. Luego aprendimos sobre lo inanimado como aprendimos sobre los seres humanos. Reconocimos al dios que nos creó. No éramos ajenos a sus poderes. Y le servimos con miedo y esclavitud. Después de estos eventos, nuestros corazones se oscurecieron y yo me quedé dormido en el pensamiento oscurecido de mi corazón.
ADÁN Y EVA DESPIERTAN.
Y vi delante de mí a tres personas cuya semejanza no pude reconocer. No provenían de los poderes del Dios que nos creó. Sobrepasaron la gloria, diciéndome: “Levántate, Adán, del sueño de la muerte, y oye hablar del ser eterno y de la simiente de aquel a quien ha llegado la vida, que vino de ti y de Eva, tu esposa”.
Cuando escuché estas palabras de las grandes personas que estaban frente a mí, Eva y yo suspiramos en nuestros corazones. Y el señor, el dios que nos creó, (a nivel mental ) se presentó ante nosotros. Él dijo: “Adán, ¿por qué suspiraban ambos en sus corazones? ¿No sabes que soy el dios que te creó? (a nivel mental) Soplé en vosotros espíritu de vida como alma viviente”. La oscuridad cubrió nuestros ojos.
Entonces el dios que nos creó creó (a nivel mental) un hijo de sí mismo y de Eva, tu madre. . . . Conocí un dulce deseo por tu madre. Y el vigor de nuestro conocimiento eterno fue destruido en nosotros, y la debilidad nos persiguió. Los días de nuestra vida fueron pocos. Sabía que había quedado bajo la autoridad de la muerte.
Ahora, hijo mío Seth, revelaré lo que me revelaron aquellos a quienes vi. Después pasé por el período de esta generación y los años de la generación terminaron.
El evangelio de Tomás.
(3)
Jesús dijo:
Si vuestros líderes os dicen: “Mira, el reino está en los cielos”,
entonces las aves del cielo os precederán.
Si
os dicen: “Está en el mar”,
entonces
los peces os precederán.
Pero
el reino está dentro de ti y está fuera de ti.
Cuando os conozcáis, entonces seréis conocidos
y comprenderéis que sois hijos del Padre viviente.
Pero si no os conocéis a vosotros mismos,
entonces vivís en la pobreza y sois pobreza.
El Espíritu de la verdad eterna Rubén Lòpez.