Las mentes malignas demonìacas.

 

Revelación escrita por el espìritu de la verdad eterna Rubèn Lòpez.

 

Soy cristiano primitivo original. Por lo tanto no soy ni católico, ni judío, ni islamista, como tampoco protestante.

 

El demonio maligno celestial que engaña a los seres humanos mentales.
 

El demonio maligno celestial, es también conocido como el dios mental engañador, el demonio malicioso, y el genio maligno. Se trata de un dios maligno, malévolo y perverso. Un demonio maligno de mucho poder y astucia, que ha empleado todas sus energías para poder engañar a toda la raza humana y en todos los tiempos. A sus creyentes y adoradores se les conoce como: Las mentes malignas demonìacas.

 

El Dios malévolo o el demonio maligno celestial también es todo poderoso y omnipotente y, por tanto, es capaz de alterar la verdadera naturaleza humana a nivel genético. El dios malévolo creó una nueva raza humana de tal manera que pudiera ser engañada todo el tiempo. Sin que se pudiera enterar de que se trataba de un falso dios creador. El dios maligno y malévolo puede leer y manipular la mente de los seres humanos ya que se trata de su misma creación.

 

El dios malévolo celestial cuenta con un gran batallón de ángeles, arcángeles, querubines, potestades celestiales demonìacas a su servicio, a lo cual llama corte celestial. Son los demonios celestiales que muchas veces descienden a la tierra y se encarnan como hombres para cumplir ciertas misiones.

 

Los demonios celestiales al servicio del dios malévolo del antiguo testamento, pueden controlar la mente de las personas sin que ellos lo sepan. Los demonios también pueden poner pensamientos en la mente de las personas y les hacen creer que son sus propios pensamientos. Por lo general los llaman ángeles celestiales.

 

 

Los demonios habitan en el alma, la mente, los deseos, los apegos, las adicciones, la voluntad, las emociones, los sentimientos y los pensamientos de las personas. Los demonios tienen la capacidad de influir en los pensamientos, y las creencias de los seres humanos. Entre más pecaminosa sea una persona, más fuerte y poderosos se vuelven sus demonios.
 

 

Los demonios primero controlan, luego dominan para por último poseer a las personas. Los seres humanos por naturaleza son seres espirituales muy complejos, pero cuando se deja de vivir una vida santa espiritual para vivir desde el cuerpo mental, es cuando se le abren las puertas a los demonios para que controlen nuestras vidas.
El dios maligno, perverso y malévolo del antiguo testamento y su gran ejercito de demonios aéreos celestiales, están estrechamente relacionados con los Anunnaki con alas como lo veremos a continuación. 
 
Los demonios Mesopotámicos.
 

Los antiguos mesopotámicos creían que el mundo estaba poblado por poderosos demonios (espíritus semidivinos) que afectaban muchos aspectos de la vida humana.

 

En ocasiones estos demonios eran identificados con fenómenos naturales, como vientos o tormentas, pero también podían representar las enfermedades devastadoras que aquejaban a la población. Hombres y mujeres, incapaces de comprender la causa de las enfermedades, las veían como ataques sobrenaturales o castigos de los dioses y buscaban formas de curarlas o contrarrestarlas.

 

Un demonio de forma aterradora, que apareció por primera vez en el período neoasirio, entre 934 y 610 a. C., se puede ver en una variedad de amuletos protectores que la gente llevaba en el cuerpo o colgaba en las paredes de sus casas. Tenía una cabeza monstruosa que se parecía a la de un león o un perro feroz con cuernos, un cuerpo humano demacrado con manos con garras, una cola de escorpión y dos pares de alas. Su nombre era Pazuzu.

 

Soy Pazuzu, el hijo de Hanbu, rey de los demonios Lilu; He escalado montañas poderosas; temblaron; los vientos contrarios soplaban hacia el oeste; Uno a uno les rompí las alas.

 

 

Pazuzu (en acadiopà.zu.zu; también llamado Fazuzu o Pazuza)1 es el rey de los demonios del viento, hijo del dios Hanbi o Anu, en la mitología mesopotámica.

 

Los demonios pueden ser almas o mentes no humanas, o espíritus desencarnados que nunca han habitado un cuerpo. Los demonios son los mismos ángeles de la religión católica. Que unas veces parecen ser benévolos y otras veces muy malévolos. Otro tipo de demonios son del tipo fantasmagórico, o de almas perversas desencarnadas. Por último se encuentran los demonios mentales espirituales de otros mundos, planos o dimensiones.

 

Los antiguos mesopotámicos creían que el inframundo (Kur), o el hades, era el hogar de muchos demonios, con este tipo de demonios es el encuentro que tienen la mayor parte de los seres humanos que se van muriendo.

El Espíritu de la verdad eterna Rubén Lòpez.

 

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Colombia.