¿En qué clase de mundo estamos viviendo?

 

Estamos viviendo en un mundo consumista y materialista que no solo destruye nuestro entorno, sino que también nos destruye a nosotros los seres humanos, destruye a la madre tierra, destruye nuestra verdadera naturaleza, destruye nuestra verdadera vida espiritual.    

 

Deseamos y compramos todo el tiempo productos o servicios que nos destruyen y nos esclavizan, nos han mantenido engañados porque nos han enseñado a creer en cosas fantasiosas y ridículas que no son ciertas, entidades externas son las que deciden por nosotros en lo que debemos de pensar y en lo que debemos de desear, por lo regular no somos nosotros los que vivimos nuestra propia vida, desde el mundo exterior nos la controlan y aún no nos hemos dado cuenta, creemos que somos libres cuando la realidad es que tan solo somos marionetas o simples esclavos al servicio de la élite de control global.      

 

Ellos son los que deciden por nosotros sobre lo que es correcto o incorrecto, de lo que es bueno o es malo, pero ellos mismos infringen las leyes que ellos mismos dictan.   

 

Lo que es bueno o lo que es malo, lo que es correcto o lo que es incorrecto tan solo nos lo puede revelar la sabiduría de nuestro ser interior. La verdad tan solo se puede discernir desde lo más profundo de nuestro propio ser, desde aquel lugar profundo es que podemos determinar las decisiones que son correctas para poder vivir la verdadera vida espiritual pura y sin mancha.    

 

Por ningún momento debemos de permitir ser atrapados por las modas o los estándares que nos quieren imponer desde el mundo exterior, lo que las demás personas decidan hacer con sus vidas no es problema nuestro como tampoco nos debe de afectar, cada persona se labra su propio destino, no nos dejemos arrastrar por los estándares de vida del momento o por los placeres pasajeros e inútiles que nos ofrece este mundo. 

 

No pensemos que la vida la debemos de vivir como la viven los demás, no pensemos de igual manera a cómo piensan los que se encuentran a nuestro alrededor.    

 

Por ningún motivo justifiquemos las guerras, las injusticias, los robos, los asesinatos o los actos más atroces sacando como pretexto de que quienes somos nosotros para juzgarlos porque nos estaríamos haciendo cómplices y compinches de estas entidades malignas y perversas que siempre nos han querido controlar.    

 

La verdad, el conocimiento y la sabiduría que tenemos en nuestro ser interior aún se encuentra intacto y lo podemos comenzar a usar cuando nos decidamos a hacerlo, se trata de una sabiduría que no ha sido adulterada, cambiada o modificada desde el mundo mental exterior, es la verdad más confiable y pura que podamos tener, es la parte más ética y moral, es la parte más divina y poderosa de nosotros mismos, cuanto más nos acerquemos a dicho conocimiento interior más perfecto seremos y más cerca de la salvación nos encontraremos.    

 

Independiente de lo que podamos pensar respecto a lo que somos, hemos nacido en esta tierra con un propósito, pero tan solo si acudimos a nuestro ser interior podremos saber cuál es ese propósito y para lograrlo se necesita que nos movilicemos por el camino correcto sin desviarnos de él, dependiendo del conocimiento interior que tengamos de la misma manera es que debemos de vivir en el mundo exterior, de lo contrario nos estaríamos convirtiendo en una marioneta siendo movido desde el exterior.   

 

El conocimiento interior espiritual si se puede considerar que es un estándar de vida para toda la raza humana pero no es una moda o un conocimiento mundano pasajero, se trata más bien es de una sabiduría que nace de la misma fuente que es eterna que no varía o no cambia de persona a persona y esta sabiduría es la que nos mantiene siempre unidos y no fraccionados o separados mediante las distintas creencias religiosas.   

 

Cuando nosotros los seres humanos permitimos ser guiados desde la parte espiritual, es cuando podemos trabajar juntas en armonía y sin discordias, envidias o egoísmo unas a las otras porque tan solo pensamos en el bienestar de toda la comunidad. Las personas pueden continuar teniendo diferentes percepciones, diferentes gustos, distintos pensamientos porque estas cosas son propias de la diversidad de la vida, pero todas ellas son guiadas por el mismo Espíritu Santo que habita dentro de ellos, es algo semejante a los árboles que crecen y se alimentan de la misma raíz, se ven diferentes en la superficie, pero bajo la tierra todos ellos están conectados.   

 

Todos los seres humanos deberíamos de considerar a la tierra en la cual vivimos como un lugar sagrado al cual hay que cuidar con mucho amor y delicadeza, al igual que deberíamos también de considerar a nuestros cuerpos físicos como el lugar más sagrado el cual jamás se debe de ensuciar ni profanar debido a que cada persona ha venido a este mundo con un propósito santo y muy sagrado, si creemos que Dios es sagrado, entonces no destruyamos nuestro propio cuerpo porque el espíritu de Dios habita dentro de ese cuerpo sagrado.   

 

El mundo se encuentra en el mayor grado de ignorancia y estupidez porque sus habitantes se desprendieron de la verdadera fuente de la sabiduría y conocimiento, el hombre mismo es el culpable de su propia destrucción, no culpemos a Dios de la ignorancia humana, no culpemos a Dios de la propia estupidez del hombre, no culpemos a Dios por lo que va a ser nuestro destino, porque la realidad es que nosotros los seres humanos aún no nos hemos dado cuenta de que son mucho más irracionales que el resto de los animales que no tienen la facultad de pensar.    

Es el momento en que unos pocos comencemos a despertar, mientras que el resto de la humanidad continúe aun soñando, esto no debe de importar, lo que está en juego es nuestra propia salvación. Los seres humanos por lo regular vivimos la vida con los ojos abiertos y muy pocas veces los cerramos por un momento para ver lo que se encuentra en nuestro mundo interior, prefiriendo vivir el mundo de la ilusión que experimentar el mundo espiritual interior que es real.   

 

Simplifiquemos la manera de vivir y vamos a necesitar mucho menos del mundo que nos rodea. La fe ciega y tonta no tiene por qué influir sobre nosotros, no le entreguemos nuestra vida interior a otras personas, no renunciemos a nuestras propias responsabilidades, marquemos la diferencia ante los demás no tratando de imitarlos, seamos nosotros mismos y liberémonos del engaño de una vez por todas y alentemos a otras personas para que hagan lo mismo de esa manera estaremos contribuyendo a cambiar el mundo.    

 

El cambio es difícil, es perturbador porque se requiere de renunciar a muchas cosas a las cuales ya estábamos acostumbrados, pero sin el sacrificio es muy difícil que se pueda obtener la salvación, si se comienza a vivir una vida muy sencilla y humilde, la vida misma nos pondrá en un nivel muy elevado y seremos un muy buen ejemplo para los demás.    

 

Aprendamos a compartir con los demás lo poco que tengamos, de esta manera estaremos plantando semillas en el campo más productivo y más fértil, es muy distinto a lo que sucede en el mundo en donde son muchos los que se tienen que sacrificar para que unos pocos puedan obtener lo que desean de manera injusta y muy egoísta.      

 

La vida de las demás personas también tiene mucho valor por lo tanto no las utilicemos según sean nuestros intereses personales, no usemos a las otras personas para obtener lo que lo deseamos, no las usemos debido a la codicia y avaricia, no las usemos para satisfacer los deseos incontrolados porque si lo hacemos no solo le estaremos desgraciando la vida a personas ingenuas e indefensas, sino que también nosotros mismos nos estaremos labrando un futuro muy desgraciado y aterrador.     

 

La gente en el mundo está más preocupada en como adquirir cosas materiales que en tener relaciones genuinas espirituales con las demás personas, en el mundo todos se aprovechan unos de los otros con el único fin de satisfacer sus deseos más bajos y personales, la vida espiritual es todo lo contrario, es sencilla, pobre y humilde, no nos dejemos seducir por las cosas que ofrece el mundo.    

 

Se obtienen grandes riquezas materiales para vivir como ricos y magnates y no para obtener ganancias para cubrir las necesidades básicas y ser benefactores de los más pobres y necesitados, Se obtienen grandes riquezas materiales para tener prestigio y querer aparentar ante los demás, el dinero se les convierte en su único dios.     

 

Es el momento de comenzar a devolverle al planeta tierra lo que le hemos quitado, es el momento de comenzar a devolverle las tierras a quienes se las despojaron, es el momento de comenzar a remediar los daños causados a otras personas debido a la codicia por los bienes materiales, es el momento del arrepentimiento sincero, es el momento del gran cambio y de la transformación de la raza imana para que podamos salvar lo poco que queda del ecosistema en el cual vivimos.    

 

No esperemos a que llegue la gran tormenta para pensar en construir el arca que nos salvará del gran diluvio, ahora mismo es el momento de comenzar a cambiar el estilo de vida, nuestro ser interior nos va a decir lo que debemos de hacer y nos dará también el poder de hacerlo, el conocimiento interior nos moverá, nos motivará y nos dará las fuerzas necesarias porque es el mismo poder de Dios que nos transformará.   

 

La sabiduría interior nos dará claridad sobre nuestra vida y nos dirá lo que debes de hacer y lo que debemos de evitar.    

Aprende de este mensaje y póngalo en práctica, permite que Dios te hable desde tu ser interior.  

 

 

Revelación escrita por el espíritu de la verdad eterna Rubén Lòpez.