El Diablo: Satanás. 

 

La siguiente revelación fue escrita por el espíritu de la verdad eterna Rubén López.

 

En toda la historia humana los habitantes de todas las culturas del mundo han creído en la existencia de satanás como la encarnación del mal.   

 

¿Es Satanás real, o es producto de nuestra imaginación?   

 

¿Es satanás quien trata de engañar a los seres humanos para hacer que el pecado parezca algo atrayente?   

 

La tentación es la incitación para pecar, haciendo la voluntad del diablo y no la voluntad de Dios. En lugar de hacer el bien se hace el mal.  

 

La vida espiritual nos enseña a vencer las tentaciones provenientes de Satanás escogiendo el bien en lugar del mal.    

¿Será posible que se puedan hacer pactos con el diablo?   

 

¿Será posible venderle el alma al diablo?   

 

¿Existen los portales al infierno?   

 

¿Existen de verdad personas poseídas por demonios?   

 

Pero en realidad quien es el diablo o satanás.    

 

Para algunos es un personaje maligno, malvado y destructor, es la entidad perversa que tienta a la humanidad para cometer pecados en contra de Dios, para otros se trata de una entidad inventada por las religiones para causar miedo y temor ante sus creyentes, pero realmente el diablo o satanás es muy real y no es tan solo el adversario o el enemigo de Dios, también es el enemigo de la humanidad.   

 

Dentro de los seres humanos debe de existir la naturaleza Divina de Dios como para poder afirmar que somos hijos de Dios, pero esto no sucede así, por lo regular quien nos controla a nosotros los seres humanos son las fuerzas energéticas del maligno a través de nuestros pensamientos mentales basados en un par de opuestos, es desde allí, desde aquel lugar mental que el diablo o satanás se viste como un ser de luz para poder engañar a la humanidad. Satanás siempre está tratando de destruirnos, incluso a través de las distintas creencias religiosas trata de engañarnos y de destruirnos. El diablo es muy real y vive entre nosotros.   

 

El diablo o satanás no se encuentra tan solo en las posesiones demoníacas, la mayor parte de la humanidad está poseída por las fuerzas del mal. Están poseídos por el maligno los distintos líderes religiosos que engañan a sus creyentes, están poseídas por las fuerzas malignas del diablo los distintos gobernantes y políticos corruptos y codiciosos del mundo no importando cual sea la ideología política, los narcotraficantes, violadores, pederastas, quienes cometen injusticias, quienes no aman al prójimo, los egoístas y vanidosos, en general están poseídas por las fuerzas malignas de satanás todas las personas que le sirven al mundo materialista y consumista en el cual vivimos, no importando si son ricas o pobres, hombres o mujeres, blancas o negras.    

 

La personificación de la maldad tiene muchos rostros y formas distintas, no tenemos que esperar a ver a un personaje con cola y con cachos para decir que hemos visto al diablo o a satanás porque lo podemos ver a través de la conducta anómala, perversa, maligna, despiadada, injusta y cruel de muchos seres humanos sobre el planeta tierra. Muchos de aquellos líderes religiosos que se inventaron el cuento de las posesiones demonìacas, están ellos mismos poseídos por los demonios cuando violan niños, mienten, engañan y son corruptas y codiciosas por las riquezas materiales.   

El diablo vive entre nosotros y se manifiesta a través de las personas, si se trata de exorcismos, tocaría que exorcizar casi que a toda la población mundial de seres humanos, esta es la realidad, nadie está libre de pecado. El dios y el diablo narrado en el antiguo testamento es la misma persona.   

 

Satanás se vale de toda su astucia y conocimiento para tratar de conquistar a los seres humanos y su principal arma son las creencias religiosas, es desde allí que opera de la manera más fácil, cómoda y poco detectable, es el ser infernal vestido como un ángel de luz.   

 

El mal no entró al ser humano durante los episodios del Jardín del edén, el mismo dios del antiguo testamento es la misma personificación del bien y del mal, la lucha entre el bien y el mal, entre Dios y satanás viene precisamente desde los mismos episodios del jardín del edén, ni Jehová de los ejércitos es el verdadero Dios, como tampoco la tan injuriada serpiente fue la culpable de la entrada del mal en el hombre.    

 

La lucha entre el bien y el mal se libra dentro de la naturaleza de cada ser humano, esto significa que el mal se encuentra dentro de nosotros mismos, nosotros somos la personificación de dicho mal, por lo tanto, cada uno de nosotros estamos poseídos por las fuerzas malignas del diablo o de satanás.   

 

A través de s seres humanos el diablo corrompe la verdad, adultera la verdad, o cambia la verdad relacionada a la vida eterna después de la muerte, al hacerles creer que la eternidad queda en los cielos físicos que hace parte de la creación. La humanidad entera se encuentra bajo su dominio, bajo su influencia y bajo su poder. El pactar con el diablo o con satanás es simplemente pactar con el maligno para que este les conceda a las personas ciertos atributos o poderes que no tienen las demás personas, y que por lo regular están relacionados con la adquisición de fama, belleza, poder y muchas riquezas materiales.   

 

El adversario de Dios es el diablo o satanás, mientras que Dios a través de Jesús de Nazaret enseña que para poder ser salvos es necesario vencer las tentaciones, vencer el mundo no deseando las cosas materiales, el diablo a través de las mismas creencias religiosas enseñan todo lo contrario, les enseñan a las creyentes a tener gran apego hacia las riquezas materiales, como aquello del evangelio de la prosperidad económica, los pactos monetarios y cosas parecidas, de ahí que los distintos líderes religiosos sean extremadamente ricos y poderosos, porque han pactado con el mismo diablo o satanás.   

 

Cuando los ingenuos creyentes hacen pactos dando donaciones, ofrendas o diezmos a los pastores para obtener riquezas materiales, con quien están pactando en realidad no es con Dios, sino con el mismo diablo o satanás.    

 

Satanás es el ángel de la muerte, Satanás es la mismísima muerte, el hades, el infierno o el inframundo, Jesús de Nazaret nos enseña que para poder ser salvos debemos ser conscientes de que somos de origen eterno para poder vencer a la muerte, que es lo mismo que vencer al hades, al inframundo o al infierno, esto tan solo se logra venciendo las tentaciones provenientes del mundo.  

Todo lo que se le pida al diablo o satanás a través de pactos, misas, rituales, rezos, plegarías, suplicas, poderes mentales, leyes de atracción, satanás siempre se les concederá todos sus deseos a las personas que se lo pidan. La mayor parte de los distintos líderes religiosos del mundo están al servicio del príncipe de este mundo llamada la muerte, el diablo o satanás.   

 

Al diablo se le puede invocar de distintas maneras, no necesariamente tiene que ser mediante sacrificios de personas o de animales, pues con simples ritos, rezos, u oraciones se puede invocar su presencia, de hecho, en las distintas iglesias y templos invocan su presencia y aún los ingenuos creyentes no se han dado cuenta. Para invocar la presencia de satanás no necesariamente se tiene que hacer mediante rituales o pensamientos negativos, también se puede hacer mediante energías o pensamientos muy positivos como los que usan los hombres muy ricos y poderosos, los ganadores y triunfadores que consiguen grandes riquezas materiales mediante el uso de los pensamientos muy positivos, las leyes de atracción, o mediante la práctica religiosa del evangelio de la prosperidad económica.   

 

Dios es eterno, amoroso, justo y compasivo para con todos nosotros, por lo tanto, no es necesario de invocar su presencia, Dios no les concede inmensas riquezas materiales a unos y a los otros los poner a vivir en medio de la miseria, la pobreza y el sufrimiento, este es un maldito engaño de tipo religioso.   

 El diablo o satanás tan solo se ama así mismo y es incapaz de amar a los demás, de igual forma lo hacen la mayor parte de los seres humanos sobre el planeta tierra, tan solo se aman a ellos mismo y son incapaces de amar a los demás seres humanos, pues son egoístas, codiciosos, avarientos, injustos y vanidosos, estos tales, son los hijos del diablo satanás.  

 

Aunque muchas personas en el mundo se pongan sotana, aunque anden muchos con la biblia bajo al brazo o predicando en las esquinas, y aunque oren mucho y se den golpes de pecho, esto no significa que le están sirviendo y adorando a Dios, es el mismo diablo vestido como seres de luz, son falsos pastores, son obreros fraudulentos al servicio de satanás que lo único que buscan son las riquezas materiales y el poder sobre los ingenuos creyentes.   

Satanás se encuentra mucho más cerca de los seres humanos de lo que ellos creen, las energías demonìacas que se encuentran dentro de los seres humanos conforman un cuerpo almática mental energético, y dichas energías son las que continúan con vida después de la muerte, en calidad de cuerpos energéticos fantasmales.   

 

Al diablo no se le puede expulsar del cuerpo de las personas a través de conjuros, rezos o exorcismos, al diablo se le puede expulsar de nuestros cuerpos y de nuestra mente tan solo cuando nos decidimos a vencer las tentaciones provenientes del mundo, cuando vencemos los apegos, y la codicia hacia las riquezas materiales, cuando dejamos de hacer el mal, cuando dejamos de cometer injusticias y cuando comenzamos a amar a los demás seres humanos y dejamos de destruir a la madre naturaleza y al resto de los seres vivos, este es el verdadero mensaje de la salvación eterna predicado por Jesús de Nazaret.    

 

¿Si el diablo no existiera como se podría explicar la existencia del mal, la codicia y las injusticias?  

 

Dios y el diablo, dos entidades totalmente opuestas, pero el dios del antiguo testamento en algunas ocasiones actúa como su fuera Dios y en otras como si fuera el diablo, y así no debe de ser, pues de una misma fuente no pueden salir aguas dulces y amargas, y no se puede hacer tanto el bien como el mal. el dios mencionado en el antiguo testamento es muy distinto sal Dios del nuevo testamento predicado por Jesús de Nazaret.  

 

Entre el dios y el diablo del antiguo testamento no hay gran diferencia debido a la extrema crueldad, violencia, masacres, magnicidios y violaciones, narradas a nivel bíblico y que fueron ordenadas por el dios del antiguo testamento.   

  

En Isaías 13:16 podemos leer:  

 

El señor dios Jehová ordena que sus niños sean estrellados contra las paredes y delante de ellos; sus casas serán saqueadas, y sus mujeres serán violadas.   

 

La misma naturaleza, la misma perversidad, las mismas tinieblas y la misma violencia que existe en el dios del antiguo testamento, existe dentro de los seres humanos. El dios del antiguo testamento destruye a Sodoma y Gomorra con fuego, humo y azufre, elementos que son propios del diablo o satanás o del mismísimo infierno.   

El dios antiguo tenía conductas malignas, perversas y retorcidas propias del diablo y no de un Dios lleno de amor, luz y misericordia. No hay la menor duda de que el diablo está entre nosotros y opera de manera secreta y oculta desde los mismos templos e iglesias, ya Jesús de Nazaret nos advertía que Dios no habitaba en templos hechos por las manos de los hombres.   

Jesús de Nazaret venció a la muerte, venció al mundo y se resistió a las tentaciones del diablo cuando este le ofreció todas las riquezas de este mundo si lo adorase tan solo a él, Jesús de Nazaret rechazó la oferta. Debemos de recordar que el dios del antiguo testamento fue quien le hizo exactamente la misma oferta de darle todas las riquezas de este mundo al Rey Ciro de Persia, incluso lo ungió como su cordero y como su Mesías, en ambos episodios se trataba del mismo personaje: El diablo satanás.   

El diablo quiere ocupar el lugar de Dios, y para conseguir su objetivo se vale de grandes ejércitos muy bien armados, el diablo tiene ejércitos tanto en los cielos como en la tierra, en el cielo los llaman serafines, querubines, arcángeles ángeles, de manera jerárquica, igual sucede con los ejércitos armados que se alistan para las guerras en la tierra, y se encuentran al servicio del mismo diablo o Satanás celestial. Desde los cielos es que llega el infierno a la tierra.    

 

La lucha entre el bien y el mal, el diablo el rival de Dios, Cristo y el anticristo, el pecado y la salvación, son conceptos relacionados a las tentaciones que vienen por parte del diablo, las cuales se deben de rechazar.    

 

A satanás se le menciona también como el diablo, el malvado, el perverso, el maligno, o el personaje culpable de que nosotros los seres humanos no hagamos la voluntad de Dios, al hacer todo lo contrario. Satanás atormenta y tienta a las personas de manera constante, de ahí, el término de la lucha entre el bien y el mal.   

El miedo a una condenación eterna en donde habrá mucho dolor y sufrimiento si se obra el mal es lo que incentiva a las personas para que asistan a las distintas iglesias de tipo religioso, pues el adoctrinamiento de sus líderes se basa en que Satanás es el culpable del mal en los seres humanos. Satanás jamás nos va a decir la verdad, esta entidad maligna es muy astuta, es por este motivo que se viste como un ángel de luz para poder mentir, engañar y manipular y lo hace desde el pùlpito de las distintas iglesias y templos religiosos.   

 

El diablo opera a través de las personas, opera a través de los líderes políticos, religiosos y militares, en general, satanás opera desde la mente y desde el cuerpo de todos los seres humanos sin excepción, Satanás es muy real y no necesita venir desde los infiernos a la tierra para obrar el mal, pues sus energías maléficas se encuentran dentro de la misma naturaleza humana desde los episodios del jardín del Edén.  

 

El portal de entrada al inframundo o al hades después de la muerte es la misma representación del infierno del diablo satanás, y sus elementos son el fuego el humo y el azufre, entonces veamos:   

 

¿Con que elementos el dios del antiguo testamento extermino de la faz de la tierra a los habitantes de Sodoma y Gomorra?  

 

Con fuego, humo y azufre.    

 

¿Con que elementos el dios del antiguo testamento promete venir a destruir la tierra, masacrar a los seres humanos y a los animales según lo narrado en el libro del apocalipsis?   

 

Con humo, fuego y azufre.   

 

Conclusión: El diablo o satanás es el mismo dios del antiguo conocido como Jehová, Elohim o Yahvé.  

 

El portal al infierno es la misma muerte que conduce hacia el inframundo, es bien conocida la historia que relata que Jesús de Nazaret después de su muerte descendió a los infiernos o al inframundo y al tercer día resucitó después de haber vencido a la muerte. Y dicho infierno está relacionado con el fuego, el humo y el azufre propios de la naturaleza de jehová de los ejércitos. Por lo tanto, la puerta al infierno es la muerte, de ahí que Jesús de Nazaret haya dicho que tocaba vencer a la muerte o al inframundo para poder ser salvos, no deseando las cosas materiales de este mundo.   

 

Satanás es quien controla al mundo, satanás es quien controla a las religiones, satanás es quien controla la economía mundial, satanás es quien ofrece todos los placeres, deleites, comodidades y gozos temporales a nosotros los seres humanos, satanás es quien les da riquezas materiales a las personas y a las otras las pone a sufrir, satanás es quien engaña, pervierte, daña y destruye. Es exactamente la misma descripción del dios del antiguo testamento. Satanás se encarna de innumerables formas. Las energías del mal se manifiestan de manera física a través de las personas.  

 

Nosotros los seres humanos debemos de protegernos a cada instante porque vivimos rodeados de entidades satánicas encarnadas, las cuales se muestran como nuestros salvadores, como nuestros maestros, pastores o como nuestros líderes espirituales religiosos, los demonios se encarnan en la forma que deseen, esto es muy preocupante.    

 

Muchas personas les dan la bienvenida a estos demonios religiosos en sus vidas, al permitir que sean estas entidades maléficas las que controlen a su antojo su vida espiritual, la cual debe de ser silenciosa y solitaria y no de gritos y de multitudes. Pactar de alguna manera a través de los líderes religiosos es pactar con el diablo. El entregarle el alma al diablo a cambio de un favor, es más común de lo que creemos.   

 

Satanás conoce sobre todas nuestras necesidades, satanás sabe a la perfección cuales son nuestros deseos, por lo tanto, él está dispuesto a complacernos, y es ahí en donde caemos en las tentaciones, no nos resistimos a sus ofertas, ¿pero a qué precio? 

 

La mente del diablo satanás.
 
Los poderes mentales de satanás.
 
El diablo mental del antiguo testamento Jehová de los ejércitos no es divino, no es santo, no es eterno y no es Dios.
 
El verdadero Dios eterno no puede leer la mente de los seres humanos como si lo puede hacer el diablo dios del antiguo testamento.
 
El diablo satanás Jehová de los ejércitos actúa a través de los pensamientos mentales de los seres humanos. El diablo mental celestial conoce los pensamientos de cada persona tal como cada uno de ellos piensa. El diablo puede leer la mente de los seres humanos porque es una entidad mental. El diablo mental celestial se comunica con sus elegidos a través de la telepatía, o sea de mente a mente, a diferencia del Dios eterno que lo hace a nivel espiritual: de espíritu a espíritu. El diablo mental satanás no es omnipresente, no puede estar en más de un lugar a la vez.
 
El diablo satanás el dios mental del antiguo testamento Jehová de los ejércitos puede poner pensamientos y deseos malignos, pecaminosos y destructivos en las mentes de los seres humanos para que se maten los unos a los otros, de hecho, así está escrito en el antiguo testamento.
El diablo pone pensamientos engañosos en las mentes de las personas que conducen a deseos pecaminosos, haciendo ver lo que es malo como si fuese bueno, como por ejemplo la codicia hacia las riquezas materiales.
 
El diablo mental celestial: Jehová de los ejércitos se metió en la mente de judas Iscariote para que este traicionara a Jesús de Nazaret y lo entregará a los romanos para luego ser muerto crucificado. La naturaleza pecaminosa de Judas se encontraba en su propia mente que es la creación genética del diablo Jehová de los ejércitos.
 
Satanás interactúa con la falsa naturaleza humana pecaminosa que es el sistema de conciencia mental con un par de opuestos para poder realizar sus feos y desagradables trabajos en la tierra. Los pensamientos de la mente son una puerta abierta a los deseos malignos del diablo satanás. El diablo nos invita a pecar mediante pensamientos o deseos engañosos. Es cuando nuestra propia naturaleza pecaminosa entra en acción y caemos en la tentación.
 
Satanás es un engañador, un mentiroso, un asesino y un genocida desde el principio. 
 
Apocalipsis 12:9
Fue arrojado el gran dragón, el diablo satanás, el engañador del mundo entero.
 
La estrategia del diablo: Satanás siempre actúa a través de la mente de cada uno de los seres humanos. La mente es el lugar en donde razonamos, contemplamos, fantaseamos y deseamos. El diablo no nos puede obligar a obrar el mal, el diablo tentador siempre va a necesitar de la cooperación de quien va a ser tentado. Resistid al diablo y este huirá de vosotros esto lo dijo Jesús. 
 
Los mayores aliados del diablo mental es el mundo y la carne. Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el dominio del maligno. (1 Juan 5:19) Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, sino del mundo. (1 Juan 2:16)
 

 

Jesús dijo: vosotros sois hijos de vuestro padre el diablo. Sus verdades son verdades a medias. Sus pensamientos son engañosos. Sus milagros son milagros engañosos y mentirosos. La personificación del mal se encuentra en las mentes de los seres humanos. Cada ser humano tiene un pedacito de la naturaleza mental maligna del diablo dios Jehová.

 

Revelación escrita por el espíritu de la verdad eterna Rubén Lòpez.